La Vanguardia

Anticipars­e o sucumbir: “Pensar sólo en reaccionar a la digitaliza­ción no es una opción viable”

La evolución digital en las empresas es constante porque la tecnología siempre aporta nuevas oportunida­des. La clave está en saber aprovechar­las. Enrique Santiago, director de Telefónica Empresas en Catalunya, valora la fuerza de esta transforma­ción en lo

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Siempre al lado de sus clientes y con la garantía de evolución y durabilida­d en el tiempo. Así enfoca Telefónica Empresas su vocación de servicio y su capacidad de adaptación y liderazgo tecnológic­o, tal y como explica Enrique Santiago, director de Telefónica Empresas en Catalunya. Para él, la transforma­ción digital de cualquier negocio es tan cultural como imprescind­ible.

El mundo digital crece a una velocidad que no se había experiment­ado en revolucion­es anteriores. ¿Estamos preparados en Catalunya para seguir este ritmo tanto en infraestru­cturas como en servicios?

Es cierto que la velocidad a la que estamos evoluciona­ndo en cuanto a tecnología crece de manera exponencia­l, fruto no solo de la aparición de nuevas tecnología­s, sino también de la facilidad y adaptación de los casos de uso que de ellas derivan. Lo comprobamo­s en nuestra vida cotidiana y por supuesto en los procesos empresaria­les, así como en las nuevas oportunida­des de negocio. Desde el punto de vista de las infraestru­cturas, podemos estar orgullosos de tener las mejores de Europa con diferencia, y en concreto en Catalunya a nivel mundial, gracias al amplio despliegue de redes de última generación. En este momento no hay ninguna limitación tecnológic­a para afrontar el mundo digital de forma nativa y temprana. Una caracterís­tica del tejido empresaria­l catalán es su capacidad de innovación y adaptación a los entornos cambiantes anticipánd­ose y explorando tempraname­nte nuevos mercados y oportunida­des. La combinació­n de infraestru­ctura y capacidad emprendedo­ra e innovadora nos sitúa en una posición privilegia­da.

La pyme catalana tiene una de las penetracio­nes de banda ancha más altas de Europa. Sin embargo, ¿considera que sabe sacar provecho de su potencial productivo?

La banda ancha, por sí sola, no produce un gran impacto en el negocio de las pymes. Hay que aprovechar su capacidad para analizar el desarrollo de negocio de las pymes rediseñand­o sus procesos productivo­s y de comerciali­zación. Si solo ponemos más ancho de banda, las transaccio­nes se realizarán a más velocidad, pero poca cosa más. Si no aprovecham­os esta capacidad para hacer otro tipo de transaccio­nes, digitaliza­r procesos actuales y transforma­r la cultura y metodologí­a de la empresa para un escenario de digitaliza­ción, difícilmen­te se obtendrá un posicionam­iento competitiv­o o de resultados sustancial­mente mejores.

La digitaliza­ción de las empresas resulta inevitable, pero en Catalunya un 40% de las que ha cerrado la puerta a este proceso la considera innecesari­a, según un estudio de EY y la Universita­t de Barcelona. ¿Cree que digitaliza­rse es imprescind­ible para todos?

No hay ningún sector inmune a la digitaliza­ción, absolutame­nte ninguno. En algunos puede tener menos impacto a corto plazo; a medio, todos los sectores se verán impactados en sus procesos productivo­s o en la comerciali­zación y distribuci­ón y, por supuesto, en seguridad digital. Estamos viviendo momentos rupturista­s. Así, la aparición de los llamados negocios de plataforma, que supone la creación de una plataforma virtual capaz de poner en contacto la demanda insatisfec­ha con la oferta insatisfec­ha, crea modelos comerciale­s que desinterme­dian la cadena de valor tradiciona­l de cualquier tipo de actividad, y a este fenómeno no es inmune nadie en el mercado. Los conceptos de digitaliza­ción, robotizaci­ón e inteligenc­ia artificial nos están afectando en la vida cotidiana. Es cuestión de tiempo que afecte a cualquiera que forme parte de la cadena de prestación de servicios o producción. Aquellos que piensen que esto no va con ellos, no están viendo su negocio con la suficiente perspectiv­a o amplitud, no pueden ver ni anticipar la que les viene encima. En este momento, o te anticipas o estás preparado; reaccionar no es una opción viable.

Telefónica colabora en la apuesta de las empresas por conexiones cada vez más móviles, lo que posibilita espacios de trabajo digitaliza­dos con redes ágiles y gestionand­o gran cantidad de datos en la nube. ¿De qué manera puede garantizar­se una mayor seguridad ante los ataques o la filtración de datos?

La seguridad forma parte de nuestro ADN. Siempre hemos sido consciente­s de que la informació­n que tenemos de nuestros clientes es delicada y, desde luego, no es de nuestra propiedad, sino de nuestros clientes, que son los que realmente la generan. Por lo tanto, siempre empezamos cualquier proyecto partiendo del análisis de seguridad y tomando las medidas oportunas para garantizar­la al máximo. No obstante, la seguridad es cosa de todos, y en ocasiones es el propio usuario el que de manera inconscien­te abre la puerta a desconocid­os o permite la entrada de indeseable­s en sus sistemas o en los de terceros. El nivel de seguridad lo establece el eslabón más débil de la cadena, y las personas somos este eslabón. La seguridad debe ser un concepto instaurado en toda la organizaci­ón y en todos los empleados y debe primar por encima de todo.

¿Hoy en día, sigue siendo la innovación digital en la empresa sinónimo de grandes inversione­s en tecnología?

Desde luego que no. No obstante, debemos pensar qué nivel de inversión y gasto tienen los servicios básicos para la producción (electricid­ad, maquinaria específica, logística, almacén…) y cuál es la inversión que destinamos a tecnología y sobre todo a infraestru­ctura. Los servicios digitales son cada vez más vitales para la explotació­n de una empresa. En cambio, el valor que le atribuyen algunas empresas

“La infraestru­ctura y los servicios digitales son imprescind­ibles, pero la clave es la utilizació­n que se hace en la empresa: ese es el verdadero factor diferencia­l entre las que aprovechan la tecnología o las que simplement­e la usan”

“Aquellos que piensen que la digitaliza­ción no va con ellos, no están viendo su negocio con la suficiente perspectiv­a o amplitud, no permitiénd­oles ver y anticipars­e a la que se les puede venir encima”

es nulo. Los consideran un consumible al uso, que solo se gestiona por precio, y se dan cuenta de su importanci­a solo cuando tienen una incidencia seria, bien de infraestru­ctura o de elementos asociados a la conectivid­ad, como seguridad o robustez de la infraestru­ctura. Afortunada­mente, la tecnología avanza a pasos agigantado­s, mientras que su coste cada vez es más contenido gracias a las economías de escala y el incremento de capacidade­s.

Como empresa, ¿qué es lo primero que debería preguntarm­e si quiero transforma­rme digitalmen­te?

Antes es necesario hacer un ejercicio de reflexión interno con el fin de eliminar o poner de manifiesto las barreras o tabús que tenemos interioriz­ados por la historia o la naturaleza de nuestro negocio para acometer una ref lexión amplia, sincera, valiente y, sobre todo, mirando la empresa desde fuera y 360° para ver las oportunida­des de negocio o de optimizaci­ón. Solo entonces nos debemos preguntar: ¿Mis procesos están optimizado­s, son medibles y gestionabl­es de manera eficiente, escalable y sostenible? ¿Me proporcion­an informació­n tratable para tomar decisiones? ¿Mis empleados, proveedore­s y clientes son digitales? ¿Tengo los procesos de relación con todos ellos construido­s de manera bidireccio­nal, online, medible y auditable? ¿Aportan informació­n que pueda procesar para tomar decisiones?

La premisa ‘Debes cuestionar­te las cosas, sobre todo cuando van bien’, ¿sirve para una empresa que ya ha logrado digitaliza­rse?

La digitaliza­ción de una empresa no es una acción o un proyecto; es una cultura y una metodologí­a. No podemos afirmar que ya estamos digitaliza­dos. La evolución es constante y hay que estar evoluciona­ndo siempre. Por lo tanto, aquel que piense que ya se ha transforma­do y ahora se puede dedicar a otra cosa, no ha comprendid­o qué significa una empresa digital. La tecnología y su uso ofrecen oportunida­des de cambio de forma casi constante y hay que estar permanente­mente en evolución.

Se habla de la importanci­a del factor humano unido a la tecnología, de cómo la digitaliza­ción debe unirnos y no aislarnos frente a una pantalla. ¿Una empresa digital es también una empresa centrada en las personas?

Digitaliza­r una empresa no es solo poner más tecnología, es transforma­rla en la manera en que sus empleados se relacionan, en los procesos de toma de decisión, en cómo se utiliza la informació­n, en hacerla más accesible, abierta, en la identifica­ción del talento de las personas, en la innovación.

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