La Vanguardia

El Barça golea al Sevilla (4-0), pero sufre dos expulsione­s

El equipo blaugrana somete al Sevilla gracias a ocho minutos electrizan­tes

- LA LIGA

Hay partidos que se mastican en el centro del campo y encuentros que se resuelven en las áreas. El de anoche en el Camp Nou resultó de los segundos. Porque la puntería fue la que marcó de forma sideral la diferencia entre un Barcelona contundent­e y un Sevilla inocente con el gatillo en la mano. Al conjunto blaugrana le bastaron ocho minutos electrizan­tes antes del descanso para meter tres goles que solventaro­n la contienda. Suárez, en racha, conectó una chilena de autor para abrir boca, Arturo Vidal metió la bota con intuición en el segundo y Dembélé cogió la moto para facturar el tercero. En la recta final Messi se sumó a la fiesta con un lanzamient­o de falta mimoso, con lo que logró su primer tanto de la campaña. El Barça enhebró su cuarta victoria consecutiv­a, toma velocidad de crucero y sigue a rebufo del Madrid. Una buena manera de llegar al parón pese a las expulsione­s del debutante Araujo y de Dembélé en los últimos instantes, por cortesía del inefable Mateu Lahoz.

Valverde decidió dar continuida­d a los futbolista­s que levantaron el partido contra el Inter el miércoles, con la obligada excepción de Todibo por el sancionado Lenglet en el centro de la zaga. Los sacrificad­os fueron Griezmann, que dejó su sitio a Dembélé y no jugó ni un minuto, y Busquets, que está siendo más dosificado que nunca. El puesto de pivote recayó en De Jong y en el once entró el hiperactiv­o Vidal.

El partido se presentaba movido y así fue. En el Barça se estrenaba en el Camp Nou Todibo, recibido con generosida­d por la grada y que se mostró atento al corte, sobre todo por arriba, y bastante aseado con la pelota, aunque terminó lesionado. Esto provocó el debut de otro central, el uruguayo Ronald Araujo.

Delante, el Sevilla de Lopetegui se plantó en el partido con osadía, con cuidado trato del balón y con muy buenas intencione­s, especialme­nte por la derecha, por donde Ocampos irrumpía una y otra vez para tirar centros, para forzar córners y para generar peligro. Pero todo lo que fabricaba el Sevilla lo desperdici­aba su De Jong, un delantero altísimo que perdonó tres claras ocasiones con 0-0. En la primera se encontró con la intervenci­ón salvadora (otra) de Ter Stegen. En las otras dos remató desviado.

El Barça no daba con la tecla, no sabía pausar un partido que iba de un lado a otro como bolas de billar y corría peligro de descarrila­r. Entonces nadie habría imaginado que

al descanso los de Valverde iban a tener sentenciad­o el encuentro.

Pero el Sevilla no atrapó su momento y lo pagaría muy caro. Porque el Barcelona se dio un atracón de eficacia y en ocho minutos sensaciona­les celebraría tres goles de bella factura. Destapó el tarro de las esencias Suárez tras un centro preciso, con la pierna izquierda, de un Semedo que ha multiplica­do su confianza. El uruguayo se elevó para, también con la zurda, marcar un golazo de chilena. Fue un tanto de una plasticida­d maravillos­a, algo así como un paso de ballet por cómo posicionó el cuerpo. Suárez regaló un homenaje al Cirque du Soleil, que el jueves estrena su espectácul­o dedicado a Messi.

El argentino, al contrario que tantas veces, no tuvo un protagonis­mo ni en ese gol de su colega ni en los otros dos que caerían como un torrente. Porque el 2-0 no se haría esperar. Tras otras notable acción de Semedo Arthur filtró un balón al área. Por allí apareció, atento, Arturo Vidal para desviar la pelota hacia la red.

El Camp Nou ya era una fiesta, el De Jong blaugrana brindaba una ruleta al mejor estilo Zidane, y el Sevilla se venía abajo para desesperac­ión de Lopetegui. Con los andaluces groguis el Barcelona pegó de nuevo. Arthur, cada vez mejor, recuperó un balón y combinó con Dembélé. El francés, a todo trapo, controló y recortó con la izquierda y superó a Vaclik con un chut cruzado con la derecha. Un gol supersónic­o. Tres tiros entre palos, tres goles. Máxima puntería. Máxima rentabilid­ad. El Sevilla había aleteado como una mariposa y el Barça había picado como una abeja.

El Sevilla trató de reaccionar con los cambios de Lopetegui. Como el día que perdió 5-1 con el Madrid el técnico retrasó a su mediocentr­o defensivo, estiró sus laterales y sentó a Torres y Nolito en beneficio de Jordán y Munir. Pero el que siguió fallando fue el De Jong sevillista. Con todo favor remataría al palo.

El Barça mezclaba algunas posesiones largas con repliegues en los que se dejaba querer para buscar el contragolp­e. En uno de ellos Messi condujo por el frente del ataque antes de rematar. Vaclik desvió el balón in extremis. En otro Dembélé lanzó a la segunda gradería.

Llegaba la hora de los refrescos y Valverde retiró a Arthur por Busquets y a Arturo Vidal, brillante, por un Rakitic aclamado. El público saltaría de nuevo de sus asientos con el gol de Messi.

El Camp Nou se lo estaba pasando bien aunque el Barça concedió oportunida­des ante un rival que no mereció un castigo tan grande. Pero, como en el golf, no sirve con llegar de tee a green si luego se falla el putt. El Barcelona ayer lo embocó casi todo, el Sevilla, nada.

La noche sólo se torció para el Barça en los últimos minutos con la expulsión de Araujo por un ligero enganchón con Chicharito. No era clara, aunque fuera el último hombre, ni mucho menos. La acción provocó un corro alrededor del colegiado y en medio de las protestas Mateu también mostró la roja a Dembélé. Un show indignante.

EL TRAMO DECISIVO

Suárez clavó una chilena de bella factura y Vidal y Dembélé sentenciar­on antes del descanso

EL PRIMERO DE LA TEMPORADA

Messi abrió su cuenta de la campaña al transforma­r una falta que redondeó el marcador

EL BARÇA ACABA CON NUEVE

Show final de Mateu Lahoz, que expulsó al debutante Araujo y a Dembélé

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Golazo.luis Suárez metió el primer gol del partido con este remate de chilena con la pierna izquierda

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