“¿En cuántas fotos de otros salgo?”
Marta Romagosa se inspira en una foto encontrada en el suelo para ‘La Polaroid i altres relats’
En todas partes veo historias. De una conversación que escucho me invento una serie de cosas, que evidentemente son mentira, pero ya no lo puedo evitar”. Marta Romagosa (Cornellà de Llobregat, 1967) publica su tercer libro, La Polaroid i altres relats (Rosa dels Vents), después de hablar de mujeres y de hombres en los dos libros anteriores. Ahora presenta historias variopintas enlazadas por un círculo, en la que un personaje secundario de un relato pasa a ser el protagonista del siguiente. “Me puse el reto de montar una estructura más cerrada, porque me gusta dar forma a las cosas y así el resultado es más ligado”, explica.
Algunos libros nacen de una chispa. En este caso, Romagosa se encontró una fotografía en la calle, en el suelo, en la plaza Catalunya de Barcelona. Era una Polaroid y salían cuatro chicas con unas velas del número 21. “La llevo en la cartera y si las encontrara se la devolvería, porque las fotos son muy importantes y a mí me sabría muy mal perder una. Además, están las cuatro celebrando su cumpleaños”, asegura.
“¿En cuántas fotos de otra gente debo salir yo, como las que tengo de la Acrópolis donde, en segundo término, aparecen un montón de personas? –se preguntó–. Los miro y tengo la impresión de que en algún caso puedo reconocer cómo son o qué hacen. Seguro que hay personas con quienes coincidimos cada día, en el mismo lugar, en el mismo tren, de las que no sabemos nada, pero con las que quizá tenemos cosas en común. Quizá si nos habláramos resultaría que tenemos vidas paralelas. Esta relación, que no sé pero me invento, la he ido entrelazando en estos trece relatos”.
“Miraba la foto y me pareció que dos podían ser italianas. Y las hice a las cuatro, aunque igual son de la plana de Vic –bromea–. Con ellas escribí el primer relato y a partir de ahí fueron saliendo las otras historias”. Hizo una primera rueda pero confiesa que en algún momento se encalló. Algunos personajes que saltan a la historia siguiente son más protagonistas que otros, que a penas asoman la nariz. Hay unos cuantos traumas, pero también hay mujeres que rehúyen el trauma: “Eres hija de un preservativo caducado”, le dice una mujer a su hija cuando quiere saber quién es su padre. “Es el modo de que no haya traumas”, afirma la autora.
A diferencia de La ronda de Schnitzler o La noria de Luis Romero, las historias entrelazadas de Romagosa van adelante y atrás en el tiempo, y un mismo personaje puede salir en dos momentos distantes de su vida. Pero niega que sea un ensayo de novela: “Me gustan mucho los cuentos porque los resuelvo rápido”. Ahora mismo no se ve capaz de escribir una novela porque no tiene tiempo, y los cuentos, compartimentados, le ayudan a salir adelante. Y con La Polaroid i altres relats, ella, con una vida dedicada a la radio, confiesa que también le ha gustado grabar el audiolibro.
El cine está muy presente porque, como la música, es una de sus pasiones culturales. Y también aparecen muchos viajes. “Los espacios variados y los viajes son deliberados para que el lector pueda conectar en más escenarios que en una ciudad como Barcelona. Pero el libro está dedicado a las mujeres”, concluye.
Los trece cuentos son independientes pero están encadenados y acaban formando una unidad narrativa