La cúpula de los Mossos planta, “ofendida”, a la Guardia Civil
Choque por el discurso del jefe de la Benemérita en Catalunya
Roce entre los mandos de los Mossos d’esquadra y la Guardia Civil a las puertas de la sentencia del juicio del procés. La cúpula de la policía de la Generalitat, con el secretario general de Interior, Brauli Duart, el nuevo director general del cuerpo, Pere Ferrer, y el comisario jefe Eduard Sallent, abandonó ayer antes de lo previsto el acto de la patrona de la Benemérita en Sant Andreu de la Barca (Barcelona).
La Conselleria d’interior justificó su desplante por la ofensa que les causaron unas referencias implícitas del jefe de la Guardia Civil en Catalunya, Pedro Garrido, al mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, y la intendente Teresa Laplana. Implícitas porque no hubo alusión directa. En su discurso, Garrido hizo referencia a la inminente sentencia del Supremo y apuntó también a las resoluciones que “en un futuro puedan emitir otros tribunales sobre otros hechos relacionados” con el procés en cuya “cimentación” ensalzó la contribución del instituto armado con su “trabajo de investigación objetivo y riguroso”. En este sentido, cabe recordar que Trapero y Laplana serán juzgados a partir de enero en la Audiencia Nacional por presuntos delitos de rebelión y sedición. Ello causó malestar en los mandos de los Mossos, que al acabar los parlamentos decidieron despedirse del acto y evitaron así acudir al refrigerio que se suele compartir después.
Por la tarde, la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, se desplazó a la sede central de los Mossos para rebajar la tensión. Una cita en la que ambas partes constataron la voluntad de colaboración para los próximos días en un dispositivo policial tras la respuesta a la sentencia del TS en el que ya se está trabajando. De hecho, desde la misma Delegación señalaron que los mandos de los Mossos se fueron del acto de forma cordial y sin manifestar en público queja alguna.
Más diáfanas fueron las referencias a las actuaciones del instituto armado al 1-O y, especialmente, la reciente detención de siete miembros de los CDR. Tras precisar que “independentismo y terrorismo no es lo mismo”, Garrido afeó que “las sonrisas revolucionarias se han convertido en un rictus de odio y mezquindad capaz de generar destrucción, dolor y sufrimiento bajo la justificación de una causa que la ley no contempla”. “Combatiremos sin tregua ni pena a los que quieran recorrer el camino de la independencia por la senda del terror. Lo demostramos hace dos años, lo hemos hecho de nuevo y lo volveremos a hacer cuando sea necesario”, zanjó. A su vez, el director general de la Benemérita, Félix Vicente Azón, censuró la resolución del Parlament para retirar a la Benemérita de Catalunya y garantizó que seguirán trabajando “para todos los catalanes”.
En el mismo acto, al que acudió el fiscal de la causa del 1-O Javier Zaragoza, la Guardia Civil condecoró a título póstumo al juez Juan Antonio Ramírez Sunyer –que inició la investigación del procés en el juzgado 13 de Barcelona–, y a la secretaria judicial del registro de Economia el 20-S, Montserrat del Toro.
Cunillera se reunió después con la dirección de la policía catalana para rebajar la tensión