Una promesa de 100 millones
Economía reacciona ante la presión de los rectores, que lo ven insuficiente
El vicepresidente del Govern y conseller de Economia, Pere Aragonès, comunicó ayer a los ocho rectores de las universidades públicas de Catalunya que pueden contar con un aumento de financiación del 13,5% respecto al presupuesto del 2017, el último aprobado por la Generalitat. La promesa está cuantificada en 100 millones de euros, lo que situaría el presupuesto de universidades en 841 millones, un montante a repartir entre todos los campus. También les comunicó una rebaja de las tasas universitarias que todavía está por decidir, pero que oscilaría entre el 10% y el 30%. Ese descenso, que les tranquilizó, no representaría un menor ingreso para los campus, pues el coste sería asumido por el Govern.
Los rectores habrían visto con buenos ojos el aumento de 100 millones en gastos corrientes de sus propios presupuestos pues se acercaría a los 140 millones que solicitaban (sin contar las inversiones en edificios, que cifraban en 100 millones más). Estarían satisfechos si no fuera porque en este incremento se incluyen pagos ya asumidos y comprometidos que daban por sentado que el Govern les transferiría, como, por ejemplo, el pago de las subidas salariales del personal funcionario.
Los aumentos salariales de los últimos años no han sido transferidos debido a que el presupuesto está prorrogado desde el 2017. Así, todos los aumentos de nóminas han debido asumirlos la gerencia de cada entidad con el compromiso tácito de la Generalitat de aportarlos.
En este capítulo, el Govern debe transferir aún el incremento de nóminas del 2017, el 2018 y el 2019, lo que suma un total de 47 millones que, sumados a los 15 millones de euros del 2020, resulta en unos 62 millones. A todo ello hay que descontar las pagas extras y el pago del aumento de nóminas vegetativo por trienios, quinquenios y otros.
El aumento prometido por Aragonés no contentaría a los rectores, que han denunciado reiteradamente la “delicada” situación económica de las entidades. La última vez que protestaron públicamente fue el pasado martes, y de ahí deriva la reunión de ayer con el vicepresidente del Govern, que no los había atendido hasta ahora. En ese acto del Paraninfo de la UB estuvieron acompañados por los equipos rectorales, decanos, jefes de departamento, profesores, investigadores y estudiantes.
También les apoya la consellera de Empresa i Coneixement, Àngels Chacón, que en declaraciones a TV3 puso una cifra de inversión: 500 millones de euros en los próximos cinco años, de los que 240 serían para las universidades catalanas –becas, tasas y déficits estructurales–, 180 millo
PARA EL 2020
La partida está supeditada a que se apruebe el presupuesto de la Generalitat
LA APORTACIÓN REAL
La cifra prometida incluye la subida salarial del personal que ya estaba prevista
nes para el sistema de investigación y 125 millones para mantener infraestructuras como el Barcelona Supercomputing Center o el Sincrotrón Alba. “Deberíamos invertir más de 500 millones de euros en los próximos cinco años para acercarnos al gasto medio de otros países de Europa si de verdad nos creemos que vamos a la sociedad del conocimiento”, declaró la consellera.
En cuanto al precio de las matrículas calculó que rebajarlas al 30% supone un coste de 60 millones de euros: “Si los tuviera, mañana mismo las bajábamos”.
En el Departamento de Aragonès admiten que estas semanas, previas al redactado final de los presupuestos, reciben las presiones de todos los consellers, que esperan ver aumentadas sus partidas. “Educación, desde guarderías a universidad, será el área que crecerá más con diferencia”, anunció el secretario general de Economía, Albert Castellanos, en una atención a los medios de comunicación, y recordó que aunque el presupuesto general de la Generalitat 2020 aumenta en 795 millones respecto al del 2017, está condicionado a una normativa de estabilidad que, por primera vez, impide el endeudamiento.
El secretario explicó que las universidades han mantenido una cierta estabilidad presupuestaria durante los años de la crisis pues aunque la financiación pública que recibían bajó de los 893 millones del 2010 a los 648 millones del 2014, esta fue compensada por la aportación de las familias al aumentar las tasas de las matrículas. El presupuesto del 2017 para las universidades públicas fue de 741 millones.
“Si hay presupuesto, habrá rebajas en las tasas”, se comprometió Castellanos que la cifró entre el 10% y el 30%, un aspecto que debe considerar la consellera Chacón. En el acto estaba acompañado de la secretaria de Economía, Natalia Mas, que subrayó que los campus además de los ingresos públicos y de los privados, derivados del pago de los alumnos, reciben ingresos europeos por las investigaciones. Y recordó que en el tema de educación, el Govern había asumido compromisos con la financiación de las guarderías (de 0 a 3 años) y con la escuela inclusiva, por ejemplo. También valoró la posibilidad de, además de rebajar los precios de los grados, crear un programa de becas salario.