Barcelona se adhiere a una gran alianza verde global
Cerca de un centenar de ciudades de todo el mundo se conjuran para reducir los niveles de contaminación con acciones a su alcance
Los alcaldes son esos sufridos políticos que deben dar respuesta a los problemas más cercanos a los ciudadanos aunque muchas veces las competencias no estén a su alcance. Es algo universal, se encuentran en la misma tesitura ya sea en París, Los Ángeles, Freetown o Barcelona.
En lugar de resignarse, cada vez más, los alcaldes están empoderándose y mostrando decisión a la hora de actuar, independientemente de lo que hagan los estados, por muy todopoderosos que sean. “Incluso si la Casa Blanca está fuera, nosotros estamos dentro, implicados en la lucha contra la contaminación”, aseguró el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, durante la primera jornada del encuentro en Copenhague del grupo de ciudades contra la crisis climática C40. En este marco se dan cita hasta el sábado cerca de un centenar de alcaldes de algunas de las principales ciudades de todo el mundo, entre ellos la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
El acuerdo presentado ayer, en el que se ha venido trabajando durante meses, reconoce la emergencia climática existente y compromete a los ayuntamientos a poner la lucha contra la contaminación en el centro de sus decisiones, a impregnar todas las políticas municipales de un espíritu verde. Se trata de que los gobiernos municipales sustituyan los autobuses diésel por modelos eléctricos, que a la hora de conceder licencias de obras tengan en cuenta el cumplimiento de parámetros de eficiencia energética...
De esta manera, ciudades como Rio de Janeiro, Londres, Tokio, Sydney o París se comprometen a reducir las emisiones a la mitad en el 2030. No es algo imposible, como demuestra la ciudad anfitriona del encuentro, Copenhague, que ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero un 61% en diez años, un caso excepcional que tiene muchos admiradores y algunos esforzados imitadores aunque con resultado desigual. En el caso de Barcelona, según un informe presentado en el congreso, ya se alcanzó el pico de emisiones y la tendencia es a la baja durante la última década aunque sigue lejos del objetivo marcado de reducir las emisiones a la mitad.
“Cada lugar es diferente y las actuaciones deben traducirse a cada contexto determinado, pero es fundamental tener la determinación y ambición para pilotar el cambio de manera urgente”, resumió la alcaldesa de París, Anne
La capital catalana se encuentra entre el grupo de metrópolis que reducen los gases de efecto invernadero
Hidalgo, que ha liderado el grupo de ciudades durante los últimos años y ve en el acuerdo presentado ayer un instrumento fundamental siempre y cuando “todos los agentes asuman la responsabilidad de hacerlo real”.