La Vanguardia

Costa-gavras

Director de cine

- FERNANDO GARCÍA

El combativo director griego vuelve a la carga con Comportars­e como adultos (Adults in the room), en que relata la lucha del exministro Varufakis con la UE por las duras condicione­s de austeridad que impuso a Grecia en su crisis de deuda.

LA VERSIÓN DE VARUFAKIS

La película se basa en las memorias del carismátic­o exministro griego de Finanzas

LÍDERES PARA EL OLVIDO

“Barroso y Juncker han sido muy malos presidente­s. Von der Leyen da esperanza”

TRAGEDIA 2.0

“¡Claro que es una nueva tragedia griega! Unas 400.000 personas tuvieron que irse”

Costa-gavras vuelve a la trinchera que es su cine, esta vez para documentar el hundimient­o de Grecia a causa de su crisis de deuda soberana a partir del 2009. La película se basa en las memorias del carismátic­o exministro Yanis Varufakis sobre su pugna con el establishm­ent europeo, y en concreto con el Eurogrupo (ministros de finanzas del euro) y la Troika (Comisión, Banco Central y Fondo Monetario Internacio­nal, FMI), en el 2015. Al igual que el libro, el filme se titula Adults in the room (Comportars­e como adultos), en alusión a la frase que la entonces directora del FMI, Christine Lagarde, espetó en una de las reuniones del eurogrupo y la troika: las conversaci­ones con Grecia requerían –dijo– “adultos en la sala”. La cinta del siempre combativo Costa-gavras se presentó en Venecia, donde el cineasta charló con media docena de medios, incluida La Vanguardia –y hoy se estrena en España.

En sus últimas intervenci­ones se ha mostrado molesto con la izquierda europea. ¿Por qué?

Probableme­nte eso que llamamos izquierda europea no ha sido coherente en los últimos tiempos. Algunos dirigentes se han acercado con gran facilidad a la derecha e incluso a la extrema derecha. Parece que ya no hay fronteras claras. Lo cierto es que en muchos países europeos esa izquierda no ha estado a la altura de las expectativ­as durante la crisis. Es el caso de Grecia y de la Francia de François Hollande. De todos modos, los ciudadanos asociamos la izquierda con las personas cuando en realidad se trata de una filosofía.

Pero lo ocurrido en Grecia, el pecado original, correspond­e a distintos partidos y a los bancos...

Antes de la crisis, Grecia fue gobernada por partidos de ambos lados que permitiero­n que la deuda aumentara sin parar. La primera vez que oí hablar al respecto faltaban dos años para que estallara la crisis. Fue en el 2007, cuando el embajador griego en París me dijo que nuestro país iba a la catástrofe. ¡Se sabía pero nadie quería escuchar! La deuda subía de manera alarmante y no se hacía nada. Europa tenía una responsabi­lidad. Francia y Alemania vendían armas, submarinos y helicópter­os a Grecia sin preguntar por la deuda. “Ya pagaréis”, decían. En ocasiones sobornaron a ministros que acabaron en la cárcel.

¿Cree que las reglas de la Unión Europea hacen imposible practicar políticas de izquierda, como podría deducirse de su película?

Europa se ha construido sólo sobre bases de economía y mercado. No hay políticas comunes en Cultura, Educación y problemas sociales salvo en una mínima parte como para justificar­se. En los últimos 15 años, eso ha ido a peor con las políticas de Mariano Barroso y Jeanclaude Juncker, que han sido muy, muy malos presidente­s de la Comisión Europea.

¿Hasta qué punto los diálogos de las tensas reuniones que se relatan son reales?

El contenido de las reuniones es completame­nte auténtico. Varufakis estuvo recopiland­o material desde el inicio de la crisis. A base de notas que tecleaba rápidament­e durante los encuentros, porque no había actas.

Es decir que lo que pasaba y pasa ahí dentro era un gran secreto.

Sí. Y eso que el Eurogrupo es una especie de gobierno económico de Europa. Pues, como en un momento dado dice en la película el ministro alemán, Wolfgang Schäuble, lo que ellos decidían sería aceptado por toda la Unión Europea. Y el Eurogrupo es un órgano sin existencia legal (es una reunión informal).

¿Cree que la UE es muy firme en la economía y se relaja en lo demás?

El problema, como digo, es que se ha convertido en un supermerca­do. Europa debería ser más bien lo que dijo Macron en su famoso discurso en la Sorbona en septiembre del 2017 (una Europa más integrada políticame­nte). que es lo que proponían también los primeros presidente­s. Pero en los últimos 15 años ha tomado esa deriva de supermerca­do. Barroso dice lo que se quiere oír pero luego hace lo contrario. Y Juncker transformó su país en un paraíso fiscal al que se trasladaro­n 340 grandes compañías para no pagar nada a Europa y muy poco a Luxemburgo. ¿Cómo respetar a una Europa con un presidente así? Creo

que y la alemana nueva presidenta, (Ursula von que der es mujer Leyen), Como representa Macron y otros una esperanza. defienden, creo que de en un la gran UE cambio. ha llegado el momento ¿La en su crisis película cuya es gestión una moderna se cuenta tragedia Claro que griega? lo es. Cuatrocien­tos mil griegos país para tuvieron sobrevivir que y abandonar no volverán el porque ahora están mejor. Y el país que dejaron es y será más pobre, no por unos años sino para generacion­es. Lo que ocurrió entre el 2009 y el 2016 fue una catástrofe social .

Y mientras tanto resurgiero­n los populismos, el racismo y la xenofobia. ¿Europa ha retrocedid­o?

No. La sociedad siempre avanza. En los últimos años ha cambiado drásticame­nte, sobre todo con la revolución digital. El racismo no vuelve; siempre estuvo ahí, es permanente. Siempre hubo antimusulm­anes, antisemita­s. El problema es que haya partidos y sectores que impulsen o hagan aflorar esas actitudes.

¿Como los líderes que usted muestra al frente de los órganos económicos de la UE?

La película no busca culpables. No creo que ellos sean mala gente, sino personas que hacen su trabajo defendiend­o algo aunque vaya en contra de la sociedad. En este caso ese algo es el euro.

Su cine es siempre muy político. ¿Cree que sus películas pueden cambiar el mundo?

El cine ha cambiado la sociedad desde un principio. Porque el cine es capaz de hacernos más cercanos al mostrarnos cómo viven los demás. Pero pretender que las películas que uno hace vayan a cambiar la sociedad sería una locura. Todas las películas son políticas. Incluso las más estúpidas. El arte tiene una relación con la gente, y eso es una responsabi­lidad.

¿Qué le parece el nuevo panorama creado con Netflix y demás plataforma­s?

Netflix tiene mucho de positivo y de negativo. Lo bueno es que por 10 o 15 euros al mes puedes ver todo tipo de películas. Lo malo es que no sabes cuánta gente ve cada filme ni tienes participac­ión en los derechos; que las plataforma­s no pagan impuestos en los países donde operan, y que existe el riesgo de que producción independie­nte desaparezc­a. Pero habrá que luchar.

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JESSICA FORDE / WANDA FILMS Un fotograma de Comportars­e como adultos, título español de Adults in the room
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VALERIE MACON / AFP Costa-gavras en una reciente presentaci­ón de su cinta en Los Ángeles

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