Pepe Font de Mora
Director de Foto Colectania
Pepe Font de Mora, director de la Fundación Foto Colectania, ha logrado traer a cuatro fotógrafos: Alberto García-alix, Ouka Leele, Pablo Pérez-mínguez y Miguel Trillo, protagonistas entre 1978 y 1988 de la movida.
Mis fotografías no hubieran existido sin ese humo, ese ruido y esa oscuridad de la vida nocturna madrileña de principios de los ochenta”, dice el fotógrafo Miguel Trillo. Y su colega Alberto García-alix asegura que tras la dictadura franquista unos cuantos artistas “nos arrogamos el hedonismo vital de los jóvenes”. Los dos eran fotógrafos autodidactas que retrataron el fenómeno de la movida madrileña y junto con Ouka Leele y Pablo Pérez-mínguez protagonizan ahora una exposición en la Fundación Foto Colectania de Barcelona, que antes se presentó en el festival Les Rencontres d’arles.
La Movida. Crónica de una agitación. 1978-1988 es el título de la exposición abierta ayer en Barcelona, comisariada por Antoine de Beaupré, Pepe Font de Mora e Irene de Mendoza y patrocinada por la Fundación Banco Sabadell. La muestra incluye auténticas joyas como las copias de época de García-alix, los originales coloreados de Ouka Leele
o los cibachromes de Pérez-mínguez y Miguel Trillo. Y se complementa con vinilos, fanzines, carteles, documentales y proyecciones de actuaciones musicales del momento facilitados por RTVE.
En la rueda de prensa de presentación, Alberto García-alix explicó que “las raíces de la movida están en Barcelona, entre 1976 y 1978, en el aire de libertad que se respiraba, en las nuevas tendencias que llegaban, pero es en Madrid donde se produce la eclosión”. Coinciden de pronto una nueva generación de músicos y artistas, aparecen locales como El Pentagrama o la mítica Rock-ola, nacen revistas como La Luna de Madrid y Madrid me Mata, se inicia un programa tan rompedor como La edad de oro en TVE y salen a la luz las primeras películas de Pedro Almodóvar. Todo ello coincide además con un alcalde como Enrique Tierno Galván que facilita ese fenómeno. Y ahí están los cuatro fotógrafos citados para convertirse sin saberlo en notarios de la movida. “Ahora me arrepiento –dice García-alix– de no haber hecho
Alberto García-alix considera que las “raíces” de la movida se hallan en el aire de libertad de Barcelona
más fotos, pero entonces ibas a un lugar con dos carretes y parecía que ya era suficiente”.
Miguel Trillo, que también estuvo presente en la rueda de prensa, recordó que a raiz de una entrevista en Ajoblanco y una exposición en la galería Moriarty acabó instalán
dose en Barcelona a partir de 1994. Y Pérez-mínguez –cuya madre era catalana– tuvo un intenso contacto con fotógrafos catalanes como Fontcuberta y Rigol y participó en la Primavera Fotográfica de Barcelona de 1982.
Los cuatro fotógrafos tienen un lenguaje propio pero sus imágenes reflejan un espíritu modernizador y underground. Trillo acudió al concierto de los Rolling Stones en Madrid y en lugar de dirigir su cámara hacia los músicos fotografió al público. Y lo mismo hizo en la sala Rock-ola, aunque quizás alguno de aquellos rostros anónimos acabó siendo muy conocido. García-alix se centra especialmente en su entorno de rockeros y yonkis, pero también
con muchas imágenes autoreferenciales. Algunas tan directas como Autorretrato chutándose o Autorretrato con el cuerpo herido
(imagen tomada tras ser apuñalado por un grupúsculo de extrema derecha). Pérez-mínguez retrata rostros conocidos como Gurruchaga, Almodóvar, Alaska y los Pegamoides, Mcnamara o Javier Furia (fallecido hace dos días). Ouka Leele, con su estilo de imágenes coloreadas con acuarela y refotografiadas, se acerca a una estética más pop. Son distintas miradas de la movida.
La muestra se acerca a un momento histórico de recuperación de libertades y festival hedonista