El Gobierno recuerda a Torra que ya sabe a qué se enfrenta si vulnera la ley
Casado considera gravísimas e intolerables las nuevas amenazas del president
Muy olvidada ya aquella bucólica imagen de Pedro Sánchez y Quim Torra en la fuente de Guiomar en la Moncloa, en julio del 2018, medio Gobierno salió ayer en tromba contra el presidente de la Generalitat. Tras acusarle reiteradamente de alentar y no condenar los actos vandálicos en Catalunya –aunque al final lo hizo con nocturnidad, “a rastras y sin convicción”–, escucharle ayer desde la tribuna del Parlament que “habrá que volver a poner urnas para la autodeterminación” llevó a varios miembros del Ejecutivo central a ponerle sobre aviso.
“Hay un límite a partir del cual está el Código Penal”, advirtió la vicepresidenta, Carmen Calvo. “El relato que hace Torra es una fantasía de su cabeza y del independentismo”, lamentó en Antena 3. Votar no es delito en democracia, recordó, pero “cuando lo dice la ley, en los términos en los que lo dice, con los objetivos que están permitidos y con las garantías con las que hay que votar”. La vicepresidenta advirtió que Torra ya está apercibido por el Tribunal Constitucional, por el incidente de ejecución de sentencia que acordó el Consejo de Ministros. Así que le avisó de que “no pase un límite que está prohibido en las sentencias, porque automáticamente entraría en un delito”. “Lo sabe perfectamente, y cuando pase esa línea el Gobierno reaccionará”.
El Gobierno considera que el traje de presidente de la Generalitat le queda muy grande a Torra. Y también con contundencia le advirtió el ministro del Interior, Fernando Grande-marlaska, desde la Moncloa. “Dentro de la ley cabe todo, fuera de la ley creo que ya tiene un conocimiento expreso de lo que acontece en un Estado de derecho”, le alertó, en alusión al fallo del Tribunal Supremo sobre el procés. “Que decida de una vez si quiere ser el presidente de los catalanes, el más alto representante del Estado en Catalunya, o quiere ser un activista”, le emplazó.
Marlaska, no obstante, descartó que las palabras de Torra ayer en el Parlament puedan traspasar las citadas líneas rojas que desencadenen la reacción del Gobierno. Una cosa son las declaraciones, argumentó, y otra “los hechos y los acontecimientos”, que “son los indiscutibles y los que no admiten interpretación”. “Son los acontecimientos y los hechos los que determinan el marco normativo aplicable”, dijo.
Pablo Casado, por su parte, viajó ayer a Bruselas para participar en la reunión del PP europeo previa al Consejo Europeo. Allí mantuvo bilaterales con otros dirigentes europeos de su partido para “hablarles bien de España”, defender el Estado de derecho, explicarles su versión de lo que está sucediendo y buscar apoyos para modificar la euroorden, para que sea automática la entrega por los delitos de rebelión y sedición. Pero el presidente del PP también habló de Torra, para reafirmarse en que después de su intervención en el Parlament, todo lo que el miércoles le pidió a Pedro Sánchez es ahora más necesario. Tanto el requerimiento previo para aplicar el 155, como recuperar en el Código Penal el delito de convocar un referéndum ilegal, después de que el presidente de la Generalitat haya amenazado con una nueva consulta de autodeterminación.
Para el líder del PP, las afirmaciones de Torra “son gravísimas y no se deben tolerar”. Sobre todo, las relativas a los incidentes violentos, ya que “apela a la contención de los Mossos”, a los que además abre una investigación. Casado calificó el discurso de Torra de “auténtica arenga a la desobediencia civil”.
CERTEZAS Y FANTASÍAS
“Hay un límite a partir del cual está el Código Penal”, alerta la vicepresidenta Calvo
LA ACTUACIÓN LEGAL Marlaska alega que el Gobierno reaccionará ante hechos, no por simples declaraciones
REQUERIMIENTO PREVIO AL 155 El líder del PP, tras oír a Torra, ve aún más urgentes las exigencias que le hizo a Sánchez
El líder del PP no desaprovechó la presencia de Juan José Ibarretxe junto a Torra, en una de las marchas de protesta hacia Barcelona, para unir las imágenes de violencia que se viven en Catalunya, y la kale borroka en Euskadi durante la época de ETA. Hizo así un paralelismo con lo que ocurre en Catalunya , y la vinculación del independentismo violento con personas condenadas por el terrorismo de Terra Lliure, como Carles Sastre.