La Vanguardia

Contra la retórica del enemigo

- Iñaki Ellakuría

Fino analista de la contempora­neidad, el ensayista Michael Ignatieff demostró ayer en Esade poseer también grandes dotes de equilibris­mo canadiense. Invitado por la prestigios­a escuela de negocios para inaugurar el inicio del curso académico, la crisis catalana no podía ser orillada en una conferenci­a que llevaba por título el oportuno Nacionalis­mo y populismo en tiempos de globalizac­ión.

Autor de uno de las obras indispensa­bles para entender la emergencia de los nacionalis­mos en Europa en las últimas décadas, Sangre y pertenenci­a. Viajes al nuevo nacionalis­mo (El hombre del tres), Ignatieff arrancó su alocución señalando que era consciente de que Esade no permanece inmune a la fractura social y política de la sociedad catalana (“soy amigo de esta casa, de España, de Catalunya...”) y que trataría, por lo tanto, de ser prudente, medir sus palabras para no contribuir a agitar “esta situación de enfrentami­ento”.

El que fue fugaz líder del Partido Liberal Canadiense, experienci­a traumática entre el 2008 y el 2011 –que inmortaliz­ó en Fuego y cenizas– pero que le dio una sabiduría política que desplegó ayer con patricia elegancia, calificó de “trágico” el actual escenario catalán y recomendó, desde la convicción de que en la Europa del siglo XXI la independen­cia de Catalunya es un objetivo inalcanzab­le, más “diálogo y empatía”. Y sobre todo, alejarse de la galopante retórica populista de buenos y malos, del “nosotros contra ellos” (we against them), que deshumaniz­a al que piensa diferente hasta convertirl­o en un enemigo.

Para el rector de la Central European University, con sede en Budapest, la transición española del franquismo a la democracia es “uno de los grandes logros europeos tras la Segunda Guerra Mundial”, lo que hace aún más doloroso el desencuent­ro actual, que vincula con otros fenómenos de reacción a la globalizac­ión; la tensión entre lo universal y lo local.

“Hay que huir de la polarizaci­ón, busquen consensos”, recomendó Ignatieff ante una nutrida representa­ción del multinacio­nal alumnado y del equipo docente de Esade, entre los que estaban Francisco Longo, Víctor Lapuente, Jordi Molina, Luis Torras, el exdiputado del PDECAT, Carles Campuzano ,y Antoni Gutiérrez-rubí. Y puso un ejemplo práctico para líderes políticos y jovenes aspirantes a ello: encerrarse en una habitación, “a poder ser silenciosa”, para hacer política lejos de sentimient­os, soflamas, lejos del calor pasional y el ruido de las redes sociales, y ver al de enfrente como otro ser humano.

“El diálogo con el diferente es lo que propicia que surja algo nuevo e inesperado”. Es lo que definió como “política de reconocimi­ento”, una de las mejores herramient­as, dijo, para revertir esta corriente de polarizaci­ón que se está apoderando del discurso público en occidente.

Así, ampliando el foco a otros fenómenos de nacionalis­mo y/o populismo (“el grito de auxilio del pueblo a las élites”), Ignatieff abogó por una globalizac­ión compatible con lo local.

“Globales pero leales a tu tradición, aunque consciente de que nuestra tradición es una parte del todo, una forma de pensar pero no la única, ni el límite del mundo”, afirmó.

Buscar ese equilibrio y fomentar el debate entre divergente­s, señaló Ignatieff, debe ser una de las función de centros educativos como Esade. Un guante tendido que recogió Koldo Echebarria, director general de la institució­n, que en otro discurso muy medido se comprometi­ó a fomentar espacios para recuperar la confianza y la empatía mutua, la pluralidad en la diversidad, la conciliaci­ón de la emoción y la razón.

Ignatieff inaugura el curso académico de Esade con un canto al pluralismo de las ideas, el diálogo y el consenso

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain