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Expertos en inteligencia artificial abogan por más control en el uso de estos métodos para proteger el derecho a la intimidad del ciudadano
El gran debate que se plantea con la tecnología del reconocimiento facial pasa por saber qué destino darán los gobiernos y empresas con estos datos biométricos, y en qué casos estará justificada la utilización de esa tecnología.
Un ejemplo de buen uso, apunta Jordi González, investigador del Centre de Visió per Computador de la UAB, sería el siguiente: “Imaginemos que se busca a un criminal, y queremos vigilar una estación concreta de trenes. De hecho, en algunos países ya disponen de cámaras de videovigilancia que pueden identificar a (casi) todas las personas que transitan por estos edificios tan concurridos. Un sistema de reconocimiento facial podría analizar nuestra cara para comprobar que no somos la persona buscada, pero luego tendría que ‘olvidar’ de inmediato que nos ha visto y no dejar constancia de que hemos estado en esa estación”.
Ese sería el uso menos invasivo de esta tecnología, “como cuando las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado nos piden un documento de identificación, y luego nos dejan proseguir nuestro camino”, añade este experto en inteligencia artificial.
Pero son muchas las dudas sembradas por esa tecnología. California acaba de prohibir temporalmente a las fuerzas del orden público estatales y locales el uso del software de reconocimiento facial en cámaras corporales; es decir en los dispositivos que los agentes llevan adosados a sus uniformes. Los legisladores californianos estiman que este sistema de identificación podría atentar contra los derechos civiles al permitir rastrear a ciudadanos sin su permiso y, lo más preocupante, crear bases de datos con esas imágenes de “californianos respetuosos con la ley”. El debate sobre el uso de la tecnología en California se arrastra desde hace un par de años, cuando se supo que esas cámaras que llevan adosadas los agentes a sus cuerpos confundieron a 26 legisladores de ese Estado como delincuentes convictos.
Falló la identificación a partir de los datos biométricos.
Las autoridades californianas recuerdan que el reconocimiento facial ha dado muchas muestras de fallos, principalmente en la identificación de mujeres, personas negras y jóvenes. “Esos falsos positivos pueden ser muy dañinos para las personas confundidas con delincuentes”, recoge el documento que avala la prohibición.
The New York Times acaba de publicar, por otra parte, que la policía neoyorquina estaba almacenado en su base de datos de reconocimiento facial miles de fotos de niños, algunos de sólo 11 años. Son menores arrestados en diferentes operaciones y se sospecha que el Departamento de Policía de Nueva York estaba ampliando su banco de rostros para tener la mayor diversidad de datos biométricos faciales y reducir los errores de identificación, que en el caso de los niños son muy elevados.
Un caso similar al que ha afectado a Google hace sólo unos días. Una empresa contratada por esa firma tecnológica escaneaba rostros de mendigos negros (se les entregaba un cheque regalo de 5 euros) para ampliar la base de datos biométricos faciales. El sistema falla en los reconocimientos de las personas negras, al haber poca información de esa raza en los algoritmos usados en esa tecnología.
“El riesgo que existe con estos mecanismos –advierte Samuel Parra, especialista en protección de datos personales, derecho tecnológico y ciberseguridad y socio fundador de la firma eprivacidad– es que podemos no ser conscientes de que nos están identificando”. Así que “podemos estar andando por la calle y una cámara nos tiene ‘fichados’ porque es capaz de poner un nombre y apellidos encima de cada persona, registrar sus movimientos, donde entra, con quién habla, a quién saluda ...”
Parra cree que debe de haber más control en el uso de esa tecnología. Considera desproporcionado, por ejemplo, que un IES de Badalona usara un sistema de reconocimiento facial para controlar la asistencia de alumnos en clase. “No tiene sentido, ya que se puede pasar lista, como se ha hecho siempre”, afirma. El centro ha dejado de usar este sistema.
California prohíbe la utilización en cámaras corporales de agentes y un IES de Badalona deja de usarla