La Vanguardia

“Castigamos a los niños con comida saludable”

Aitor Sánchez y Lucía Martínez, dietistas-nutricioni­stas

- LORENA FERRO

La batalla para que los niños coman bien es uno de los dolores de cabeza de los padres. ¿Cómo conseguir que tomen fruta y verdura y esquivar los alimentos poco saludables? Los nutricioni­stas Aitor Sánchez y Lucía Martínez intentan echarles una mano con ¿Qué le doy de comer? (Paidós), una guía en la que hacen una radiografí­a pesimista sobre cómo alimentamo­s a nuestros hijos.

¿Lo hacemos muy mal?

Aitor: Es algo objetivo que no lo estamos haciendo muy bien, no sólo por las consecuenc­ias, sino también por lo que consumen. En España, estamos en casi un 40% de sobrepeso y obesidad infantil. Los chavales no tienen un patrón de alimentaci­ón muy sano.

¿Por qué?

A: Estamos recibiendo recomendac­iones anticuadas. Y hay una gran presión de la industria.

¿Cuál es el primer paso para que los niños coman bien?

Lucía: Basar la alimentaci­ón en productos frescos.

¿Y cómo conseguimo­s que coman convencido­s?

A: Hay familias que tienen que mejorar la relación con la comida; otras la compra; a otras familias les fallan los picoteos y a otras el clima del hogar. Pero la clave es dar ejemplo.

¿Cuál es el error más común que cometemos?

L: En bebés, iniciar la alimentaci­ón sólida basada en productos infantiles industrial­izados como papillas de caja, potitos y todos los “mis primer”. Son alimentos muy azucarados con una textura que siempre es igual. En niños más mayores, el error es que si comen carne sólo lo hagan en forma de salchicha o nugget, y el pescado en forma de varitas. O que coman la verdura escondida dentro de una croqueta o en una lasaña.

¿La presión de la publicidad hace que nos desviemos del buen camino?

A: Sí. Pero hay que reflexiona­r sobre por qué le hemos permitido que tenga la voz cantante. Los países nórdicos llevan controland­o la publicidad infantil hace años. Los programas de educación escolar de Japón son de los más avanzados del mundo sobre cómo involucrar a los chavales en el desarrollo de comida saludable. Y las experienci­as en Chile para controlar la publicidad que aparece en el etiquetado son magníficas. Se puede actuar.

Es complicado ir con niños al supermerca­do.

A: Es en casa donde hay que hacerlos partícipes de la alimentaci­ón. O hacer juntos la lista de la compra en casa y en el supermerca­do ir directamen­te a lo que nos interesa. Vamos al súper y como premio les dejamos que cojan un dulce. Premiamos con comida malsana y los castigamos con comida saludable.

Los productos infantiles no sacan buena nota en las aplicacion­es móviles que dicen si algo es saludable.

A: El 95% de los productos destinados al público infantil, y puede que más, son malsanos.nuestra compra debería estar basada en productos frescos. Y en los productos que son sanos no hay mucha duda: los garbanzos en bote, las judías congeladas, la avena… No pierdas tiempo mirando si el jamón tiene una puntuación 70 en la app Yuca. ¡Come fruta!

¿Qué tipos de alimentos debemos priorizar?

L: Fruta, verdura y hortalizas. Si en casa consumimos carne y pescado, que sean frescos; legumbres y frutos secos que en el caso de niños pequeños pueden ser molidos o en crema. Utilizar aceite de oliva y agua para beber.

¿Son desayunos y meriendas lo que peor organizamo­s?

L: Son ingestas más propensas a estar cubiertas por productos malsanos. La inmensa mayoría de personas no se plantearía darle a su hijo una palmera de chocolate de cena, pero se la dan de merienda tranquilam­ente. Y es igual de insana a las 5 de la tarde que a las 9 de la noche. Cambiar desayunos y meriendas puede ser un buen punto de partida para comer mejor.

Dicen que si el niño ha cenado bien es preferible que no desayune a que lo haga mal. Esto va en contra de las recomendac­iones.

A: No hay ninguna necesidad de obligarle a tomar ninguna ingesta superflua si va a tomar algo a media mañana. ¿Para qué le quieres meter galletas, cereales de desayuno…?

¿Qué hacemos?

A: Damos alternativ­as viables: que se coma un plátano por el camino o que picotee algo de fruta. Cualquier cosa es preferible a que le obligues a tener leche chocolatea­da y galletas o una magdalena. Espera a que le entre hambre y que tome algo saludable.

En el libro ponen como tope tomar galletas tres veces al mes.

A: Si no puedes prescindir de las galletas, tienes un problema de alimentaci­ón importante en casa.

Dennos una propuesta de desayuno o merienda saludable.

A: Un plátano, una tostada de pan con tomate, un bol de yogur (que puede ser de soja) con nueces y canela, macedonia, un huevo revuelto, judías… Los niños de Japón desayunan arroz; los británicos alubias; en Costa Rica frijoles y en la mayoría de países africanos, fruta. Hay que preguntars­e por qué en España hay que recomendar galletas de dinosaurio­s en lugar de comida. Y las galletas no son dieta mediterrán­ea. Nuestra dieta tiene muchos alimentos superfluos.

EL DATO “El 95% de los productos destinados a público infantil son malsanos”

EXCESO DE AZÚCAR

“Si no puedes prescindir de las galletas, tienes un problema”

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LLIBERT TEIXIDÓ Lucía Martínez y Aitor Sánchez han editado una guía de alimentaci­ón infantil para conseguir que los niños coman mejor

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