El United frena al Liverpool con un empate
El Manchester United rompe la racha del Liverpool pero roza la zona de descenso
“Os vais para abajo, os vais para abajo”. A su entrada en Old Trafford los aficionados del Liverpool ocuparon la grada visitante y entonaron estos cánticos para mofarse de su archirrival histórico, el Manchester United. Los diablos rojos llegaban al clásico de ayer hundidos en la clasificación, sólo un punto por encima de la zona de descenso, alimentando una época de depresión que ya dura demasiado, lejano ya su último título en la Premier, que data de 2013. Pero el estadio del United es su bastión, allá donde todavía se pueden permitir soñar con alguna gesta puntual. Estuvieron cerquita de conseguirla ante el temible conjunto de Jürgen Klopp, que aterrizaba en Manchester contando sus partidos por victorias, que sumaba 17 triunfos seguidos en la liga entre el final de la pasada campaña y la actual y que aspiraba a igualar un récord del City de Guardiola.
Le bastaba con vencer a un adversario muy cortito de fútbol y acuciado por problemas de todo tipo pero que sacó el orgullo. Si no derrotó al Liverpool fue porque Lallana, que no marcaba desde el 2017, empató en el minuto 84 para el definitivo 1-1. Había entrado de refresco y rescató al líder, que tuvo un día flojísimo, soso, sin ideas y con más balón que verticalidad. Es decir, parámetros antagónicos a los de un día normal en el campeón de Europa.
Todo quedó a media luz en Old Trafford. El United adquirió algo de confianza pero sigue fatal, dos puntos por encima del antepenúltimo. Y el Liverpool evitó su primera derrota en la competición, pero ve reducida a seis su ventaja sobre el City.
El empate supone un cierto consuelo para los sufridos aficionados del United, que, cabe recordar que en su mayoría preferían que la liga la ganara la pasada campaña su vecino antes que el Liverpool. En sus seis últimas visitas al Teatro de los Sueños el conjunto red no ha ganado (tres derrotas y tres empates).
El equipo de Klopp notó mucho la ausencia del lesionado Salah aunque hay un dato que indica que por, increíble que parezca en esta época, el United no se le da bien al Liverpool. Ni Salah ni Firmino saben lo que es marcarle al conjunto de Manchester y Mané sólo ha perforado en una ocasión su portería.
Una cifra que no se movió ayer para tranquilidad de De Gea, que pudo jugar tras haber sido duda durante la semana. En la otra portería reapareció el brasileño Alisson. No tuvo mucho trabajo pero no pudo impedir que Rashford le batiera en el minuto 36 tras un centro de James. La jugada generó polémica pues en su inicio Origi cayó a los pies de Lindelof. Todo el Liverpool y Klopp reclamaron falta pero el árbitro no corrigió su decisión ni después de revisar la jugada. Hay contacto pero esas acciones no suele señalizarse en la Premier.
El gol desnortó aún más al Liverpool y su entrenador se dedicó durante muchos minutos a protestar y no a dirigir a sus jugadores y más después de que el VAR anulara un tanto, con justicia, a Mané, que había controlado el balón con la mano.
Tras el descanso el líder se hizo el amo absoluto de la pelota pero sin ninguna profundidad hasta que Klopp reaccionó y metió a Oxlade-chamberlain y Lallana. Mientras, el United se encerraba como lo que es ahora, un equipo mucho más pequeño que lo que indica su historia. No pasó demasiados apuros hasta que Lallana cazó un centro de Robertson desde la izquierda en el 84. La igualada envalentonó al Liverpool y Oxlade-chamberlain conectó un disparo que se marchó rozando el poste en el 92.
Los tiempos son muy malos para el United. Otrora ejemplo de gestión y que presumía de ser el club más rico del mundo, con miles y miles de aficionados en los cinco continentes, sus dirigentes reconocieron hace unos días en el Financial Times que sus ingresos van a caer hasta un 10%. No es de extrañar. Llevan temporadas jugando a nada y ganando muy poco y empiezan a pagarlo. Y no se atisba una reacción a corto plazo. Al menos fastidiaron al Liverpool.