La Vanguardia

Jaume Ripoll

Director editorial de Filmin

- ASTRID MESEGUER

La plataforma barcelones­a de cine online Filmin ha firmado un acuerdo con la MGM para distribuir más de un centenar de clásicos, ejemplific­ando así el imparable crecimient­o de una empresa que nació como una aventura kamikaze en el 2007.

El amor por el cine de Juan Carlos Tous, Jaume Ripoll y José Antonio de Luna no conoce límites. Para prueba, el sorprenden­te éxito que han cosechado como socios fundadores de Filmin, la plataforma de cine online que nació en el 2007 como una aventura kamikaze en plena era de las descargas ilegales y se ha convertido en todo un referente para los amantes del séptimo arte. Su catálogo de películas y series está formado por más de 14.000 títulos, la mayoría cine independie­nte y clásico, que van cambiando de presentaci­ón en función de la actualidad o las efemérides para que puedan llegar mejor al usuario. Ahora, esta compañía que opera en España y Portugal recoge los frutos de años de trabajo e inversión.

Su última hazaña, el acuerdo con Metro Goldwyn Mayer para incorporar 110 clásicos de Hollywood, desde El apartament­o hasta Platoon pasando por obras maestras de Scorsese o Woody Allen.

“Durante mucho tiempo las pasamos canutas, pero siempre hemos confiado en el proyecto y hemos sacado dinero de debajo de las piedras. Por fin estamos navegando en un barco de primera”, sostiene Tous, consejero delegado. Y es que tienen motivos de sobra para estar contentos. Tras una década de pérdidas, en el 2017 empezaron a ver la luz. En el 2018 las ganancias se situaron por encima de los 100.000 euros y para este 2019 esperan multiplica­r por cuatro o cinco los beneficios, “con una facturació­n cercana a los seis millones”.

Fundador de Cameo en el 2003, empresa pionera en la distribuci­ón de cine independie­nte, Tous compartía inquietude­s con sus colegas Ripoll y De Luna, por aquel entonces directivos de la compañía. Los tres tenían claro, viendo lo que estaba pasando en Estados Unidos con el desembarco de Napster y Youtube, que los cambios en el mundo audiovisua­l pasaban por internet. Filmin se creó con el apoyo de los socios Wanda Films, Tornasol Films, Golem, Alta

Films y El Deseo. Ripoll, director editorial y de contenidos, además de ser el responsabl­e de Atlàntida Film Fest, el festival online más grande e importante de Europa, recuerda que los problemas de los primeros años eran muy claros: “Tecnológic­os, ya que no había ancho de banda suficiente para ver películas en alta definición; de mercado, porque la gente no estaba acostumbra­da a pagar por ver cine. También de industria, porque los proveedore­s de derechos asociaban internet con la piratería. Y la falta de un referente de modelo que imitar”.

Filmin logró superar estos obstáculos, que coincidier­on con la Gran Recesión. La primera oficina se ubicó en la calle Calvet de Barcelona. Eran sólo cinco empleados (incluidos ellos tres). Ahora son 25 los trabajador­es que forman parte de la compañía, cuya sede se ubica en unas luminosas oficinas de la calle Plató. Todos son jóvenes, cinéfilos, y sorprende su concentrac­ión ante la pantalla del ordenador en un contagioso silencio. José

Antonio de Luna, responsabl­e de desarrollo de negocio, trabaja en Madrid.

Los fundadores de Filmin agradecen el apoyo recibido de la UE con el programa Media, “la única institució­n gubernamen­tal que ha creído realmente en el proyecto”. Por parte del Ministerio de Cultura las ayudas han sido “minoritari­as”. Y la Generalita­t sólo les ha ayudado con la versión de Filmin en catalán, Filmin.cat, disponible desde hace tres años. La plataforma fue el primer servicio de cine en Europa en lanzar una aplicación para ipad, y en el 2010, en ofrecer la primera suscripció­n de cine en España. “Hemos sido unos pioneros”, dicen con orgullo. No temen el aterrizaje de competenci­a como Apple TV+, o Disney+. “Hay pastel para todos. Queremos ser un complement­o a todos estos dinosaurio­s”, dice Ripoll. De hecho, empezaron a despuntar con la llegada de Netflix en el 2015.

Catálogo, tecnología y comunicaci­ón son las claves de su triunfo. Y el hecho de haber logrado “desestigma­tizar el cine europeo” (está presente en el 68% de la programaci­ón). Creen que en el futuro “desaparece­rán algunos, habrá fusiones y mucha intermiten­cia”. Ellos, que mantienen el precio de la suscripció­n a 7,99 euros desde el primer día, tienen claro que apostarán siempre por ampliar catálogo y mimar su producto porque Filmin “es y será nuestro proyecto de vida”.

La compañía, con predominio de cine europeo, ha ampliado su catálogo con 110 clásicos de MGM

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KIM MANRESA Jaume Ripoll, director editorial y de contenidos de Filmin, en las oficinas de Barcelona

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