La Vanguardia

Tres escenarios en busca de gobierno

Las elecciones podrían dar una victoria algo más clara a Sánchez, pero también una impredecib­le ventaja a la derecha

- CARLES CASTRO LAURA ARAGÓ

La cita electoral de hoy puede dar pie a tres escenarios distintos, aunque todos ellos marcados por las dificultad­es para desbloquea­r la formación de gobierno. El desenlace depende de la respuesta a una pregunta clave: ¿apostarán los electores por el voto útil a izquierda y derecha o se entregarán a una mayor fragmentac­ión? Claro que también podría ser que el voto útil se impusiera en un bando y no en el otro. A partir de ahí, los escenarios difieren radicalmen­te, pero sin que ningún bloque acabe de reunir la cifra mágica de la mayoría.

El primer escenario –en línea con el horizonte del barómetro preelector­al del CIS, pero encajado en el respectivo espacio potencial de cada bloque: un 43% del sufragio– nacería de una moderada apuesta por el voto útil en la izquierda. De ese modo, el PSOE rondaría el 30% de los votos, a expensas del retroceso de Unidas Podemos (que caería del 14,3% al 11%) y de una irrupción casi impercepti­ble de Más País, con alrededor del 3% de los sufragios.

Si esa correlació­n coincidier­a con un escenario de máxima fragmentac­ión de la derecha (con el PP sin llegar al 20%, Cs resistiend­o por encima del 10% y la ultraderec­ha de Vox en alza hasta alcanzar el 13%), el desenlace reforzaría la representa­ción parlamenta­ria del PSOE por encima de los 135 escaños. Y en ese supuesto, los populares quedarían todavía lejos del umbral de los 100 diputados, aunque el avance de la ultraderec­ha (hasta reunir 40 escaños) neutraliza­ría el desplome de Cs (que caería de 57 a 22 diputados).

Aun así, el bloque conservado­r mantendría prácticame­nte intacta la representa­ción que logró en abril (dos escaños por debajo de los 149 del 28-A), pero tampoco la izquierda registrarí­a un avance conjunto. El PSOE mejoraría en torno a 13 actas su cómputo de abril (hasta 136), pero la cosecha de Podemos se vería reducida en 15 escaños (hasta 27) y Más País sólo obtendría dos o tres. Es decir, lo comido por lo servido: un total de 165 diputados para la izquierda, como el 28-A. Y ni una dificultad menos para pactar gobierno.

El segundo escenario se inspiraría en el promedio de las encuestas difundidas hasta el lunes pasado. El PSOE a duras penas cosecharía 120 escaños y el cómputo global de Podemos y Más País supondría siete escaños menos de los 42 que logró la coalición de Iglesias el 28-A. Es decir, la izquierda reuniría un total de 156 escaños. Y, en paralelo, el avance del PP lo acercaría ahora sí al umbral de los 100 escaños, mientras que el derrumbe de Cs (con una pérdida de 42 actas) nutriría el ascenso de Vox, que rozaría las 45.

La resultante de ese desenlace complicarí­a aún más la gobernabil­idad, ya que ambos bloques quedarían empatados en torno a 155 diputados, a más de veinte de la mayoría absoluta del Congreso. Sin embargo, la paradoja de la correlació­n de bloques que dejó el 28-A implica que incluso el mejor escenario para la derecha (ampliando ligerament­e su espacio conjunto hasta el 44% del sufragio y fragmentan­do y reduciendo al 42% el de la izquierda) apenas modificarí­a el diabólico empate en escaños que dejaría a ambos bandos tan lejos de la mayoría.

Así ocurriría en el tercer supuesto, construido sobre un hipotético movimiento de voto útil en favor del PP que elevase el porcentaje electoral de los populares hasta el 24% (siete puntos más que en abril y a costa de un retroceso de similar magnitud de Cs), en paralelo a un mantenimie­nto al alza de Vox (hasta alcanzar el 11% de los sufragios). Pues bien, en ese caso los populares se situarían a apenas dos escaños de los socialista­s (111, con Navarra Suma, frente a 113 el PSOE), pero la cosecha conjunta del bloque conservado­r (con los 31 de Vox y los 15 de Cs) se quedaría en un total de 157 diputados, frente a los 154 parlamenta­rios de la izquierda.

Finalmente, y en línea con las tendencias que apuntan los últimos sondeos difundidos, podría combinarse ese levísimo retroceso de una izquierda más fragmentad­a (que dejaría al PSOE por debajo del 27% del voto) con una concentrac­ión de las pérdidas de Ciudadanos en Vox. Es decir, un desplome de Cs por debajo del 8%, sin que el PP fuese mucho más allá del 20% del sufragio mientras que la ultraderec­ha podría rebasar el 15% del voto. Pero en ese supuesto, que llevaría a Vox al filo de los 60 diputados, también se mantendría un empate entre bloques por debajo delos 160 escaños.

En consecuenc­ia, sólo una desmoviliz­ación asimétrica (que afectase en mayor grado a la izquierda), podría deshacer el empate y entregar el poder al bloque de derecha. Los sondeos no lo detectan, pero tampoco lo hicieron en Andalucía.

Los sondeos no reflejan una desmoviliz­ación más alta en la izquierda, pero es factible y daría el poder a la derecha

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