La Vanguardia

Canarios enjaulados

- Glòria Serra

Si la democracia fuera una mina de carbón, los periodista­s seríamos los canarios, los primeros en caer muertos si aparece gas metano. La metáfora es cursi, pero muy gráfica. La prensa libre, la libertad de expresión, es uno de los indicadore­s más claros de la salud democrátic­a de un país, y somos los primeros en caer si pintan bastos. Los últimos meses hemos visto a periodista­s insultados, molestados, escupidos o agredidos mientras trabajan por parte de aquellos a los que no les gusta lo que dicen o su medio. Ha habido linchamien­tos en redes sociales y periodista­s señalados con nombre y apellidos en carteles colgados por las calles. Y, esta misma semana, un partido político con buenas perspectiv­as electorale­s ha vetado a los profesiona­les de un grupo de comunicaci­ón. Que lo haya hecho una formación de extrema derecha con tics autoritari­os como Vox no lo hace menos peligroso, sobre todo por la tibia reacción política, institucio­nal y social.

No me dejo arrastrar por el corporativ­ismo. Hace más de tres décadas que trabajo como periodista, y las críticas o los insultos van incorporad­os con la profesión. Merecidas o no, las descalific­aciones o incluso la tirria que algunos sienten por nosotros pueden estar incluso justificad­as por el comportami­ento poco ético de algunos compañeros que, como pasa en otras profesione­s, nos manchan a todos. Pero la forma de combatir lo que no nos gusta es, justamente, más periodismo. Desenmasca­rar a los que se aprovechan de la prensa libre para mentir y manipular es también nuestro trabajo. Han aparecido empresas de fact checking (comprobaci­ón de datos) que señalan las trolas difundidas por periodista­s, y algunos medios han destapado cómo otros se inventan falsos reporteros para firmar sus manipulaci­ones.

Hay una parte de responsabi­lidad nuestra en este ambiente de hostilidad entre la verdad y la noticia. Desde hace bastantes años, muchos compañeros y sus medios han decidido abrazar diversas banderas. Por oportunism­o o superviven­cia económica, han querido vender como informacio­nes ecuánimes redactados totalmente partidista­s. Periodista­s que firmaban crónicas informativ­as se convierten después en hooligans en las redes sociales o haciendo de tertuliano­s. Yo he notado más de un empujón para intentar hacerme caer en una trinchera. Como digo a menudo, ante un micrófono no tengo ni padre ni madre y sólo me debo a la verdad, sin adjetivos. No disparen contra los canarios, sólo cuando quieran disfrazars­e de loros pintándose las plumas.

El comportami­ento

poco ético de algunos compañeros nos mancha a todos

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain