El sínodo de los pobres
Víctor Codina, experto del sínodo de la Amazonia, valora sus resultados
Lo importante del Sínodo de la Amazonia es su dimensión ecológica, pero la prensa ha manipulado las expectativas y prácticamente sólo se ha hablado de la posible ordenación de hombres casados para sostener la comunidad cristiana en esta región”. Esta es la rotunda afirmación del jesuita y teólogo catalán Víctor Codina, de 87 años, de los cuales más de 35 los ha pasado en Bolivia, quien conoce las dificultades del vasto territorio de la Amazonia, que se extiende por nueve países.
De regreso a Barcelona, tras haber vivido el sínodo como experto escogido por el Papa, Víctor Codina considera que “lo importante es que se ha podido escuchar el espíritu que llega a través del clamor de los pobres y de la tierra”. El papa Francisco dijo que quería escuchar a los indígenas, y se hizo una encuesta previa a la que respondieron unas 70.000 personas. Esa fue la base del Instrumentum laboris que llegó al sínodo. “Los indígenas –dice Víctor Codina– piden que la Iglesia los defienda de las multinacionales, y la realidad amazónica ha puesto sobre la mesa el debate ecológico, pero está visto que no interesa que se sepa lo que pasa allí”.
El documento final señala que “todos los participantes han expresado una conciencia aguda sobre la dramática situación de destrucción que afecta a la Amazonía. Esto significa la desaparición del territorio y de sus habitantes, especialmente de los pueblos indígenas. La selva amazónica es un ‘corazón biológico’ para la tierra cada vez más amenazada. Se encuentra en una carrera desenfrenada a la muerte. Requiere cambios radicales con suma urgencia, en una nueva dirección que permita salvarla”.
El punto 111 relativo a la apertura del sacerdocio a hombres casados fue el que recibió más contestación, 128 votos a favor y 41 en contra, si bien superó los dos tercios exigidos. Se circunscribe a “hombres idóneos y reconocidos de la comunidad”, que “reciban formación adecuada” y puedan celebrar “en las zonas más remotas de la región amazónica”. Y según el texto aprobado, “algunos [padres sinodales] se pronunciaron por un abordaje universal del tema [en referencia al celibato].
El otro tema que despertó la curiosidad mediática fue el punto 103 (aprobado por 130 votos a favor y 30 en contra), donde se dice: “En las múltiples consultas realizadas en el espacio amazónico, se reconoció y se recalcó el papel fundamental de las mujeres religiosas y laicas en la Iglesia de la Amazonia y sus comunidades, dados los múltiples servicios que ellas brindan. En un alto número de dichas consultas, se solicitó el diaconado permanente para la mujer”. Sin embargo, la propuesta no va más allá “de compartir nuestras experiencias y reflexiones” con la Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las Mujeres (creada por el Papa hace tres años y en la que participa la monja catalana Núria Calduch). El punto 102 pide que se cree un “ministerio instituido de ‘la mujer dirigente de la comunidad’”, del que deberán concretarse sus funciones. El Papa en su discurso final dijo “recoger el guante” y anunció ya la ampliación de la comisión sobre el diaconado para desencallar los trabajos que lleva a cabo.
Otro de los puntos aprobados fue el de crear una entidad eclesial de la zona amazónica que, sin llegar a ser una conferencia episcopal, pueda adoptar criterios pastorales. “Por ejemplo, sobre los ritos amazónicos que recogen una mentalidad y una sensibilidad distintas de las latinas”, concluye Víctor Codina.
Sobre todo ello, el papa Francisco anunció que habrá una Exhortación postsinodal, seguramente antes de fin de año.
UN TERRITORIO AMENAZADO “Lo importante era la dimensión ecológica; se han manipulado las expectativas”
UNA EXCEPCIONALIDAD
“El rito amazónico acoge una mentalidad y una sensibilidad distintas de las latinas”