Mano tendida a Pirineus-barcelona 2030
“Tenemos toda la disposición del mundo para colaborar con la candidatura olímpica de Pirineusbarcelona 2030”, dijo David Hidalgo, director general de Grandvalira Ensisa. “Nuestras instalaciones se encuentran a tiro de piedra de Barcelona. Si podemos ayudar, lo haremos. Sin embargo, hasta ahora nadie ha venido a pedirnos nada, e ignoramos si el proyecto tiene una perspectiva transnacional”. Albert Agustí, presidente de Sport Cultura Barcelona, dijo recientemente que Pirineus-barcelona 2030 necesita la complicidad pirenaica global: “Catalana, aragonesa, andorrana y francesa”. Lo cierto es que el proyecto Pirineus-barcelona, la candidatura para los Juegos de Invierno del 2030, ya lleva más de un año en movimiento. El plan muestra ciertas similitudes con los Juegos de Turín 2006: mientras las pruebas de nieve se disputaban en el vecino Sestriere, las competiciones de hielo se abrían a los turineses. Barcelona ofrece el mismo paradigma. La ciudad albergaría las pruebas de patinaje y hockey hielo, y la nieve se desplazaría a la Cerdanya y, en disciplinas más específicas, a algunas estaciones del Pirineo francés. Tanto el Comité Olímpico Internacional (COI) como el Comité Olímpico Español (COE) han declarado su apoyo al proyecto, cuyos costes serían sostenibles: buena parte de las infraestructuras ya existen a día de hoy. Se calcula que los costes de los Juegos rondarían los 1.500 millones de euros. “Aunque las ayudas del COI rebajarían la factura a los 400 millones”, dice Javier Faus, presidente del Círculo de Economía. “Ya no se trata de construir pistas carísimas que luego se infrautilizan ni de construir hoteles. Especulación cero”.