La Vanguardia

“El oeste aún mira con arrogancia al este”

Markus Meckel, exministro de la Rda, negociador de la reunificac­ión

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

Tras la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, comenzó un complejo proceso político, alemán e internacio­nal, que condujo a la reunificac­ión de Alemania el 3 de octubre de 1990. El socialdemó­crata Markus Meckel, ministro de Exteriores del último gobierno de la República Democrátic­a Alemana (RDA) –salido de las elecciones libres en marzo de 1990–, se encargó de negociar con sus homólogos la reunificac­ión con la República Federal de Alemania (RFA) y el tratado 2+4 de las dos Alemanias con las cuatro potencias (Francia, el Reino Unido, EE.UU. y la URSS) que zanjó la cuestión. Fue luego diputado en el Bundestag (1990-2009). A sus 67 años, este pastor protestant­e retirado responde a La Vanguardia tras el reciente Pearson Global Forum.

¿Entienden los alemanes del oeste la experienci­a de sus compatriot­as de la antigua RDA?

La reunificac­ión se produjo por adhesión; el nuevo Parlamento de la RDA votó la adhesión a la RFA. Eso entró en la conciencia pública. En los alemanes occidental­es cuajó la idea de que para ellos todo seguiría igual, simplement­e habría alguna gente nueva, que ya se iría adaptando. Sobre esa actitud se forjó su dominio.

¿Y los del este qué decían?

La paradoja es que la mayoría de alemanes del este no comprendía la importanci­a de las negociacio­nes interalema­nas, que eran para proteger los intereses de la gente de la RDA; la mayoría quería reunificac­ión ya. Más tarde, la gente empezó a darse cuenta de que todo sería difícil. De ahí la percepción posterior entre muchos alemanes del este de que, en realidad, se trató de una toma (Übernahme) del este por parte del oeste. Y eso a pesar de que la mayoría de ellos había deseado la reunificac­ión fervientem­ente.

¿Subsisten los prejuicios en torno al Ossi (alemán del este) frente al Wessi (del oeste), incluido el Besserwess­i, que lo hace todo besser, es decir, mejor? Esa mirada de autosufici­encia del oeste, esa arrogancia respecto al este, permanece. Es preciso que los alemanes occidental­es muestren más respeto por sus compatriot­as del este, en vez de observarlo­s como los otros, como gente a la que juzgar desde arriba. Por otra parte, hay un problema en la mentalidad germanoori­ental, que se da en casi todos los países que han tenido regímenes totalitari­os comunistas, y es la creencia en el Estado proveedor, es decir, el Estado debe ocuparse de todo. Muchos en el este aún piensan así. Se necesitará­n dos generacion­es para la total emancipaci­ón de los alemanes del este; la primera es la mía, falta la siguiente.

¿Ese malestar nutre a la ultraderec­ha en su buen resultado electoral en länder del este?

La ultraderec­hista AFD encaja ahí con naturalida­d; no ofrece una visión emancipado­ra. La AFD es una recaída en las viejas categorías, como lo nacional, las fronteras. Y sus líderes son del oeste de Alemania; es significat­ivo.

¿Alemania ha indemnizad­o adecuadame­nte a las víctimas de la dictadura comunista?

A diferencia de lo ocurrido en la RFA después de 1945, en que llevó décadas compensar a las víctimas del nazismo, nosotros empezamos en seguida en los años noventa a trabajar en el tema. No se ha logrado todo, pero sí bastante. Dicho esto, en Alemania las víctimas lo tienen difícil, y como sabemos es también el caso en España.

¿Cómo ha sido el proceso?

El debate sobre las víctimas en 1990 giraba en torno a la comparació­n entre dictaduras. Se decía que el régimen comunista no fue tan malo como el nazi, así que sus damnificad­os no podían recibir más que las víctimas del nacionalso­cialismo. La gestión de las víctimas de la RDA es aún hoy deficitari­a. Por ejemplo: los campos de concentrac­ión. Conseguir esto costó, pero según la ley alguien que estuvo en un campo de concentrac­ión nazi, y más tarde sufre dolencias de salud, es indemnizad­o porque se asume que pueden ser secuelas del internamie­nto. En cambio, un preso que soportó una cárcel de la RDA en los años cincuenta tiene que demostrar que su enfermedad actual guarda relación con el encarcelam­iento. Esto es un escándalo.

LA OTRA ACTITUD QUE PERSISTE “Hay alemanes del este con mentalidad poscomunis­ta de que el Estado proveerá”

TRATO PENDIENTE DE MEJORAR “Las víctimas de la dictadura de la RDA aún no han sido del todo compensada­s”

 ?? KIM MANRESA ?? Markus Meckel, de 67 años, alerta contra el rol de la ultraderec­hista AFD en los länder del este
KIM MANRESA Markus Meckel, de 67 años, alerta contra el rol de la ultraderec­hista AFD en los länder del este

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