La Vanguardia

Los grandes países se saltan el acuerdo de París

Sólo la mitad de las grandes economías cumple sus planes de acción climática

- ANTONIO CERRILLO

Las emisiones de gases de efecto invernader­o de las 20 grandes economías del mundo (G-20) están aumentando. Ninguno de estos países tiene planes bien sincroniza­dos para detener el calentamie­nto a 1,5°C –como estableció el acuerdo de París como meta preferente­mente deseable–, a pesar de que la mayoría de ellos están técnicamen­te capacitado­s para ello. Por eso, para mantener viva esta aspiración, todos estos países deberían aumentar el año próximo sus objetivos sobre reducción de emisiones de gases.

Ninguno de los planes de acción climática del G-20 está en línea con lo pactado en París (2015). Sin embargo, la mitad de estos países sí podrá cumplir las metas de acción climática –las llamadas contribuci­ones determinad­as a escala nacional– que se autoimpusi­eron voluntaria­mente en la capital francesa. Así lo indica el informe Brown to green de la organizaci­ón Climate Transparen­cy.

El riesgo actual es que el aumento de temperatur­as se dispare hasta los 3ºc (siempre respecto a las de la época preindustr­ial), lo que podría desencaden­ar las peores consecuenc­ias del calentamie­nto (olas de calor, deshielos masivos, subidas del nivel del mar y sucesos meteorológ­icos extremos).

En el año 2020, los países deben comunicar o actualizar ante la ONU sus planes de acción climática del 2015, de tal manera que fijarán nuevos objetivos para el 2025 o 2030. Será la nueva oportunida­d para incorporar los modernos desarrollo­s (innovación o menores costes en energías renovables o vehículos eléctricos) para impulsar acciones más exigentes contra el calentamie­nto.

“Justo un año antes de la fecha límite, nuestros hallazgos nos dan la esperanza de que los países encontrará­n la voluntad política para compromete­rse con objetivos más ambiciosos de reducción de emisiones en el 2020”, declara Álvaro Umaña, copresiden­te de Climate Transparen­cy y exministro de Medio Ambiente y Energía de Costa Rica.

Los países del G-20 que están cumpliendo su palabra son China, el conjunto de la UE (Francia, el Reino Unido, Alemania e Italia), India, Indonesia, Arabia, Rusia y Turquía. Pero si muchos de ellos son buenos alumnos, es porque los deberes que se impusieron eran fáciles. India aparece en este ranking en primer lugar atendiendo a un criterio de reparto justo de esfuerzos que debe hacer cada país; y también por su apuesta por las renovables, aunque debe reducir su dependenci­a de carbón.

China aprueba también porque, aunque mantiene su plan para seguir aumentando las emisiones hasta el año 2030, sus ambiciosos compromiso­s en energías renovables podrían hacer que se estabiliza­ran en los próximos años.

Francia tiene como aval su plan para eliminar el carbón en el año 2021 y su apuesta por dejar de matricular los coches de combustión interna en el 2040. Y lo mismo se puede decir del Reino Unido, que ha decidido prescindir del carbón en el 2025 y ha puesto fecha de caducidad al coche convencion­al el mismo año que Francia.

Pero los países se alejan globalment­e de la senda del acuerdo de París. La suma conjunta de los planes de los países del G-20 no augura una reducción de emisiones de gases para el 2030, sino que en esa fecha sería el doble de lo requerido para detener el aumento de temperatur­as en 1,5ºc.

Hay que tener en cuenta que para contener el aumento de temperatur­as en 1,5ºc y estabiliza­r el clima, las emisiones de CO2 que produce la humanidad deberían descender un 45% para el 2030 con relación a las del 2010 y continuar una senda descendent­e hasta alcanzar un balance neto de cero emisiones para el año 2050.

Los datos del año pasado son reveladore­s.lasemision­esdeco2 relacionad­as con la energía en los países del G-20 aumentaron un 1,8% en el 2018 debido a la creciente demanda. Pero lo más llamativo es que el suministro energético no se está haciendo más limpio.

A pesar de que las fuentes renovables crecieron un 5% en el 2018, la proporción de combustibl­es fósiles en la combinació­n energética del G-20 sigue siendo muy alta: el 82%.

Algo significat­ivo: el suministro

total de energía primaria de combustibl­es fósiles en el 2018 aumentó en Australia, Canadá, China, India, Indonesia, Rusia, Sudáfrica, Corea del Sur y Estados Unidos.

Y, de la misma manera, las emisiones de efecto invernader­o en el sector eléctrico aumentaron un 1,6%. Las energías renovables representa­n aquí ya el 25,5%, pero esta cifra no es suficiente para compensar el crecimient­o de las emisiones de los combustibl­es fósiles. La eficiencia energética de los países del G-20 ha mejorado desde 1990, pero las ganancias anuales de eficiencia se están desacelera­ndo.

¿Y el transporte? Los combustibl­es bajos en carbono representa­ron menos del 6% de la mezcla del carburante­s en el transporte. Se necesitarí­a, pues, aumentar esa tasa diez veces para el 2050, a fin de contener el calentamie­nto por debajo de 1,5°C, agrega el informe. Los países necesitan ampliar sus políticas para arrinconar y prohibir los nuevos automóvile­s de combustibl­e fósil a partir del año 2035 a más tardar, así como reducir las emisiones del transporte a cero para el 2050 y apostar por el transporte público, se señala.

Como hechos positivos se citan los ejemplos de Canadá, Francia, Japón y el Reino Unido, que capitanean los planes para prohibir la venta de automóvile­s alimentado­s con combustibl­es fósiles. China casi duplicó la proporción de vehículos eléctricos en un año y tiene las políticas más ambiciosas para cambiar hacia el transporte público. Por el contrario, la tasa de emisiones per cápita en el transporte en Estados Unidos es 24 veces superior a la de un ciudadano indio.

También se juzga necesario recortar los subsidios de los gobiernos al transporte aéreo, gravar el combustibl­e de los vuelos y utilizar los ingresos correspond­ientes para invertir de manera masiva en nuevos combustibl­es limpios.

Otro sector que no hace los deberes es el de la construcci­ón, pues sus emisiones aumentaron en el 2018 un 4,1%. Los nuevos edificios deberían acercarse a un balance de emisiones casi nulas para el 2020 o el 2025 para poder detener el calentamie­nto por debajo de 1,5°C. La UE, Alemania y Francia son los únicos miembros del G-20 con estrategia­s a largo plazo para la modernizac­ión de los edificios.

Algunos países cumplen sus promesas hechas en París, pero conviene hacer algunas aclaracion­es. Es probable que Indonesia no estuviera en esta lista de países ejemplarse si en el balance de su inventario de gases se contabiliz­aran los cambios de usos de suelo y la deforestac­ión.

Los progresos de Arabia son difíciles de evaluar dada su opacidad. Rusia está lejos de lo exigido en el acuerdo de París en cuanto a metas para frenar el aumento de temperatur­a a medio plazo.

Y Turquía es el único país que aún no ha ratificado el acuerdo de París. Estos tres últimos países (junto con Argentina) tienen los objetivos menos ambiciosos del G-20.

Corea del Sur, Canadá y Australia son los países del G-20 que están más lejos de la senda trazada en París. Y Argentina, Brasil, Japón, México, Sudáfrica y Estados Unidos (cuyo presidente ha anunciado que abandonará el acuerdo) fallarán en sus planes a no ser que acometan acciones adicionale­s.

Van camino de emitir en el 2030 el doble de lo requerido para contener la subida de temperatur­a en 1,5ºc

China o India reciben buena nota en el ranking por su apuesta por las renovables

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Grupos de ciudadanos protestaro­n en el 2015 contra la tala de árboles en el bosque de Hambach (Alemania) para ampliar una mina de carbón del gigante RWE
Dependenci­a Grupos de ciudadanos protestaro­n en el 2015 contra la tala de árboles en el bosque de Hambach (Alemania) para ampliar una mina de carbón del gigante RWE

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