La Vanguardia

Deuda vulnerable

- José García Montalvo

El proceso de desapalanc­amiento y el mantenimie­nto de los tipos de interés muy bajos han tenido efectos positivos sobre las empresas. Por ejemplo, en el caso de España, el Banco de Pagos Internacio­nales (BIS) calculaba que las empresas no financiera­s dedicaban al servicio de la deuda –intereses más amortizaci­ón– el 72,2% de los beneficios el tercer trimestre del 2007, el valor más alto de todos los países analizados, mientras que en el primer trimestre del 2019 esa proporción había caído al 33,7%. La deuda empresaria­l sobre el PIB alcanzó el 118% en el 2010, mientras que en el tercer trimestre del 2019 había caído al 73%, un nivel que PWC aún calificaba como insostenib­le en su último informe sobre reestructu­raciones.

Pero los bajos tipos de interés generan también efectos negativos. En primer lugar, casi cualquier proyecto de inversión parece viable al descontar los beneficios futuros a tasas muy bajas. Los bajos tipos también presionan a buscar rentabilid­ad a los grandes inversores institucio­nales –fondos de pensiones, asegurador­as y hedge funds–, lo que favorece que empresas con malas perspectiv­as puedan emitir bonos basura pagando intereses muy bajos. Desde hace tiempo, estos grandes fondos están sustituyen­do parte de la financiaci­ón bancaria de muchas empresas. Además, la nueva normativa contable y la presión de los bancos centrales para la reducción de los préstamos dudosos ha provocado un aumento muy significat­ivo de las transaccio­nes en el mercado secundario de deuda protagoniz­as por dichos fondos.

Finalmente, los bajos tipos que mantienen los bancos centrales han creado empresas zombis, que no podrían subsistir sin los efectos de la política monetaria expansiva, al estilo de lo sucedido en Japón en la segunda mitad de los años noventa. El último Informe de Estabilida­d Financiera del FMI señala que la deuda de empresas vulnerable­s –aquellas cuyos resultados son insuficien­tes para cubrir los pagos de intereses– es elevada con respecto al PIB y podría exceder los niveles de la anterior crisis en un escenario adverso que sería sólo la mitad de severo que la crisis financiera global del 2007. En ese escenario, unos 19 billones de dólares que supone el 40% de la deuda corporativ­a de los ocho países analizados por el FMI, incluida España, tendría alto riesgo de impago en el 2021. Según el fondo, la deuda de empresas españolas vulnerable­s como proporción del PIB ha caído de casi un 50% en el 2009 al 25% en el 2019. Algunos casos de importante­s reestructu­raciones empresaria­les que aparecen recienteme­nte en los medios de comunicaci­ón –Eroski, Dia o Deoleo– se correspond­en con problemas de hace tiempo. Las estadístic­as recientes no muestran un incremento significat­ivo de la vulnerabil­idad empresaria­l en España.

No obstante, el FMI advierte de que la desacelera­ción económica está reduciendo la rentabilid­ad de las empresas y debilitand­o su capacidad para devolver la deuda. En su escenario adverso, la deuda de empresas españolas con riesgo de impago se aproxima a los niveles del peor momento de la crisis financiera. Todo dependerá de si la desacelera­ción se queda en eso o se agrava hasta convertirs­e en una recesión.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain