Eficacia y sensibilidad
Concierto inaugural en el Palau de la Música
Intérpretes: NDR Elbphilharmoniie Orchester y Leonidas Kavakos (solista)
Dirección: Alan Gilbert
Lugar y fecha: Palau de la Música Catalana (13/XI/2019)
Concierto inaugural de temporada en el Palau de la Música con una buena propuesta: una buena orquesta de las radios alemanas, director con experiencia, y un gran solista como Leonidas Kavakos con una de sus especialidades: el Concierto n.º 2 para violín de Béla Bartók. Kavakos es sin duda un gran músico y la atracción de una orquesta para su carácter es inevitable. Seguramente sus pasos irán en la vía de la dirección, aunque al menos en las ocasiones en que le escuchamos, le queda mucho por reflexionar.
Donde se impone su maestría con la limpidez de su sonido y una musicalidad nunca exagerada en el lirismo, es en este repertorio, en que se siente muy cómodo. Hay muchos conciertos de estos años de entreguerras en los que esperamos diga su palabra, y en esta ocasión supo expresar el melodismo adecuado cuando Bartók se muestra más lineal con la tradición (después de la cadencia por ejemplo), bordar la polifonía de este difícil fragmento, y asegurar con precisión y limpieza y un sonido terso los Allegros. Grandes aplausos merecidos.
La parte fuerte orquestal llegó con la Sinfonía n.º 7 de Anton Bruckner aunque en el Bartók la orquesta mostró una gran profesionalidad; músicos con experiencia de años que respondieron a un director que subrayó contrastes y planos.
La Séptima de Bruckner tiene muchas lecturas, incluso por el propio compositor, aunque el primer movimiento no resultó con la finura y la expresión que hubiese merecido en la plena voz, y un fraseo más intenso en el episodio camerístico de contrabajos y maderas por ejemplo. El segundo tiene una fuerza temática tan bien orquestada en la respuesta de la cuerda y sus matices, y en la compaginación y desarrollo del conjunto, con sus ideas y vueltas y guiños, que nadie queda inmune de esta potencia que continua en el Scherzo y mantiene su fuerza en el vibrante movimiento final.
Un buen concierto que muestra la gran eficacia de estos conjuntos alemanes que, salvo matices, y con buenos directores tienen poco que envidiar a las orquestas internacionales de primera línea.