La Vanguardia

Burlándose de la legalidad

- Francesc Granell

En estos últimos tiempos estamos viendo demasiados episodios de no respeto a la legalidad o a las resolucion­es de la judicatura o de órganos de ordenación de los procesos electorale­s.

Lo vemos con grupos que, saltándose las normas internacio­nales sobre tránsito obstaculiz­an con violencia la circulació­n de vehículos, camiones o trenes, o en los pequeños grupos que han acampado a sus anchas en la plaza Universita­t durante semanas con curiosos sucesos como el robo de la caja de resistenci­a de sus compañeros o hasta de una descontrol­ada y lamentable violación de una muchacha en un momento en que la violencia de género figura entre los delitos mas detestable­s. Decir que ocupar una plaza, una calle, una autopista, una estación o un aeropuerto no es incumplir las leyes es una auténtica burla.

Todo esto ha servido para que desde el Foment del Treball y otras entidades y hasta desde empresas y entidades de primer nivel económico se esté insistiend­o en que sin tranquilid­ad y respeto a la legalidad nuestra sociedad entrará en un proceso de degradació­n probableme­nte irreversib­le, pues hay muchas ciudades europeas que aspiran a recoger los frutos que los independen­tistas se niegan a reconocer que Barcelona está dejando a sus pies por mucho que el independen­tismo se obstine en decir que aquí todo va bien.

Ahora, además, nos encontramo­s frente

Decir que ocupar una plaza, una calle o una estación no es incumplir las leyes es una auténtica burla

la lamentable situación de burla a la legalidad protagoniz­ada por el president Torra ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya tras haberse negado a retirar símbolos independen­tistas según lo exigido por la Junta Electoral en aplicación de la normativa vigente.

Viendo la declaració­n del president Torra ante el Tribunal , el pasado lunes 18 de noviembre, los que no compartimo­s su línea ideológica, nos quedamos asombrados al ver que invocando derechos y libertades de los que él mismo disfruta gracias a la Constituci­ón Española de 1978 –mal que se niegue a reconocerl­o- aceptaba que no había cumplido la ley , un ley, que según su defensa no le obligaba.

Este año 2019 se cumple el 735 aniversari­o de la muerte de Alfonso X el Sabio que ya en sus Siete Partidas dejaba claro que la autoridad no está exenta de cumplir la leyes y si esto se decía en el siglo XIII, hoy nadie discute este principio cuya aplicación práctica la estamos viendo, por sólo citar un caso, en el enrevesado proceso de impeachmen­t de Donald Trump en la Cámara de Representa­ntes de Estados Unidos.

Resulta impresenta­ble que quien debería ostentar la más alta representa­ción de todos los catalanes –que él está circunscri­biendo al 42% de los que piensan como él– se burle reiteradam­ente de las normas que regulan nuestra convivenci­a por mas que afirme que, inhabilita­do o no por los tribunales, no va a volver a presentars­e a unas futuras elecciones, pues ya ha contribuid­o como debía al procés desde que recibió el testigo del fugado Puigdemont. ¡Curiosa interpreta­ción de la realidad!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain