Cinco años sin BCN World
Los impulsores del proyecto que ahora abandera Hard Rock se retiraron en el 2014 por la lentitud en una tramitación que va sumando prórrogas
Mañana se cumplirán cinco años de la quiebra del proyecto BCN World y la entrada activa del Govern, a través del Incasòl, en el impulso de un gran complejo turístico en la Costa Daurada con el mayor casino de Europa.
Los sucesivos retrasos en la tramitación del Plan Director Urbanístico (PDU), la inestabilidad política, los cambios en el Govern y las reiteradas prórrogas de plazos mantienen el proyecto que Hard Rock presentó en julio del 2017, todavía en el aire.
La compañía estadounidense anunció tres veranos atrás –siempre vía comunicado y sin que en dos años haya comparecido públicamente mente ningún portavoz de la empresa– una primera inversión de 700 millones. Su propuesta, Hard Rock Hotel & Casino Tarragona, tendría en una primera fase dos hoteles, dos auditorios (uno con capacidad para 15.000 personas), un centro acuático, una zona comercial con grandes marcas y el gran casino, de hasta 10.000 m2, con cien mesas de juego y 1.200 máquinas recreativas.
Aquel verano del 2107, el entonces secretario de Hisenda y presidente de la mesa de contratación, Lluís Salvadó, anunció que Hard Rock dispondría de un mes para constituir la sociedad inversora y un mes más para adquirir los terrenos, valorados en 120 millones. Pasó el otoño, con el 1-O incluido, y dos años más tarde Hard Rock todavía no ha comprado los terrenos. En didel 2014, el mismo día que Veremonte, la sociedad impulsora de BCN World, anunció su retirada, el Govern, a través de Incasòl, formalizó una opción de compra sobre la finca, que era propiedad de Criteria Caixa. Andreu Mas Colell era el conseller de Economia y Damià Calvet, ahora t conseller de Territori, estaba al frente del Incasòl.
La semana pasada, el Govern –en la tramitación del proyecto intervienen los departamentos de Territori (para el plan urbanístico) y Economia (para la imprescindible licencia del casino)– anunció una segunda prórroga de tres meses (la anterior fue de un año), solicitada por Hard Rock, para la compra de los terrenos. Sin esta adquisición, la compañía no puede obtener la licencia para operar el casino y empezar obras. Calvet ha reiterado siempre el “interés” de Hard Rock en el proyecto, que cuenta con fervientes defensores en la zona, principalmente los alcaldes implicados. “Además de los puestos de trabajo que supone, Hard Rock será un revulsivo sin precedentes para la Costa Daurada, nos abriremos al turismo asiático y podremos decir adiós a la desestacionalización”, mantiene Pere Granados, alcalde de Salou.
Por su lenta evolución, el proyecto no figura en la agenda de prioridades del sector turístico, más preocupado por la marcha a corto y medio plazo del negocio.
La plataforma Aturem BCN World mantiene su objetivo y denuncia el coste que la operación puede tener para el Govern si el juez retasa el precio de la finca a la alza, tal y como reclaman los propietarios originales de los terrenos, que fueron expropiados en los años ochenta para la construcción de Port Aventura. Este es ahora el principal escollo que atraviesa un proyecto que Veremonte quería inaugurar en el 2016.
Hard Rock todavía no ha adquirido la finca, sobre la que el Incasòl hizo una opción de compra de 120 millones