El plátano decía “cómeme”
Un artista se come ante el público de Miami la banana de la obra de Cattelan vendida por 120.000 dólares
Después de un periodo de hibernación productiva, Maurizio Cattelan emergió en la cita de Art Basel de Miami con su primera escultura creada en quince años para una feria de arte.
Todo un alarde que impresionó al showman neoyorquino David Datuna. Tanto, que arrancó esa pieza de la pared y se la comió, sin miramientos por su trituración molar. Esta fue una verdadera demostración de arte efímero y el ejemplo de que esta producción contemporánea, al margen de consideraciones filosóficas de si es o no arte, cuando menos tiene mucho sabor. Sin duda, en cuanto a sabor, mucho más que el orinal de Marcel Duchamp o las aspiradoras de Jeff Koons.
A plena luz de la tarde del sábado, frente a las cámaras y ante el estupor de los galeristas, Datuna dio cuenta de esa nueva genialidad. Esa creación del siempre polémico artista italiano consistía en un plátano, enganchado por su parte central con un trozo de cinta aislante.
En recuerdo de aquel juego de palabras, “oro parece plata-noes”, la banana de Cattelan se ha convertido en la más cara de la historia. Tres coleccionistas (¿?) pagaron entre 120.000 y 150.000 por otras tantas ediciones limitadas de esa escultura frutal que el autor denominó Comedian. Cada una iba con su certificado de autenticidad e instrucciones de reemplazo por la caducidad del material utilizado. Como apuntaron algunos testigos, le habría hecho falta además una advertencia: “sólo para su exhibición”.
Datuna experimentó una rara sensación, como si el plátano le dijera “cómeme”. En un vídeo colgado por él mismo en su cuenta de Instagram, se sigue el proceso al completo. Cómo se hace con la banana, que ya estaba muy madura, la pela y la devora con sumo placer. Sonríe a la cámara, alza la fruta a medio comer y hace el gesto de un brindis.
Para culminar su broma, Datuna hizo guasa de este episodio en las redes sociales con un post titulado Artista hambriento , en el que escribió: “Mi actuación artística. Adoro a Maurizio Cattelan y realmente admiro su instalación, es muy deliciosa”. La carrera de Cattelan está marcada por la provocación, que a su vez incita a seguirle el juego.
No es la primera de sus obras que se desaparece como si nada. El pasado septiembre, su taza de váter de oro de 18 quilates, obra conocida como America, fue robada en una exposición en el Bleheim Palace de Oxfordshire (Inglaterra), el lugar de nacimiento de Winston Churchill.
America se presentó en el Guggenheim de Nueva York en 2016. Cuando Donald Trump llegó a la presidencia, la Casa Blanca solicitó en préstamo a este museo el cuadro Paisaje nevado (1888) de Vincent van Gogh. En respuesta, el Guggenheim dijo que no y ofreció a cambio el retrete dorado. ¿Da o no da juego Cattelan para cultivar el humor? La Casa Blanca declinó la oferta.
Datuna tuvo una buena digestión, sin más sobresaltos que la fama mediática. El portavoz de la policía de la ciudad de Florida, Ernesto Rodríguez, informó que no se había realizado arresto alguno por este caso. En unas imágenes en Twitter dio la impresión de que al bromista lo sacaban de la galería Perrotin, en medio del desconcierto de los clientes.
Esta galería, que representa a Cattelan, informó, sin embargo, que no emprendería acciones legales. Tampoco la pérdida era para tanto. Fueron a por otra banana y llenaron el vacío creativo.
Datuna cuelga un post titulado ‘Artista hambriento’ en el que afirma que la obra de Cattelan “es deliciosa”