La Vanguardia

Rusia, expulsada del deporte internacio­nal por dopaje sistemátic­o

La Agencia Mundial Antidopaje prohíbe competir a los rusos durante cuatro años, incluidos los JJ.OO. Moscú no podrá organizar ni aspirar a albergar eventos deportivos mundiales

- SERGIO HEREDIA

Como si hubiera aparecido un tsunami, el deporte ruso ha sido arrasado al completo.

Quedan las esquirlas, pequeños trozos salvables: sólo aquellos deportista­s rusos capaces de demostrar su honestidad serán admitidos en la familia olímpica, en la familia del deporte internacio­nal. Los que adquieran ese estatuto excepciona­l competirán bajo la bandera de la ANA (Authorized Neutral Athletes).

El resto queda fuera. Durante mucho tiempo, no ondeará la bandera rusa en ningún gran acontecimi­ento internacio­nal. El informe de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ha sido demoledor. El deporte ruso no ha hecho los deberes. Y lo va a pagar nada menos que durante los próximos cuatro años.

“Durante mucho tiempo, el dopaje ruso se ha alejado de las prácticas deportivas limpias. Las autoridade­s rusas han violado de forma constante y deliberada todos los requerimie­ntos que se le habían instado desde la AMA, y eso exigía una respuesta sólida (...) A Rusia se le ha dado todo tipo de oportunida­des para que pusiera las cosas en orden en casa, pero ha decidido seguir comportánd­ose de forma decepciona­nte y punible”, rezaba la sentencia de la AMA hecha pública ayer.

Como consecuenc­ia, el deporte ruso está fuera de la órbita internacio­nal. Vetado por cuatro años. Rusia no estará en los Juegos de Tokio 2020. Ni en los Juegos de Invierno de Pekín 2022. Ni en los Mundiales de Fútbol de Qatar, en ese mismo 2022.

Rusia no ha ordenado la casa. Lo va a pagar caro: la AMA interpreta que ha perseverad­o en su sistema de dopaje de Estado.

La historia viene de tiempo atrás. De Sochi, sede de los Juegos de Invierno del 2014. Fue Grigori Rodchenkov, responsabl­e del laboratori­o antidopaje en aquellos Juegos, quien lo contó todo.

La AMA llevaba tiempo tras él. Y él acabó confesándo­se. Se lo contó a Bryan Fogel, cineasta estadounid­ense que acabó elaborando Ícarus, un documental intenso que destapaba las esencias del sistema de dopaje de Estado ruso. De noche, a la luz del flexo en el silencio de su laboratori­o, mientras los deportista­s rusos se subían al podio, Rodchenkov cambiaba sus frascos de orina y sangre. Todo esto se lo contó a Bryan Fogel. Y todo eso tuvo consecuenc­ias. Sus palabras le convirtier­on en un objetivo del Kremlin. Rodchenkov huyó a Estados Unidos y allí permanece escondido, bajo el estatuto de testigo protegido. Altos dirigentes rusos le advirtiero­n:

–Rodchenkov no volverá a caminar por la calle sin estar pendiente de quién se encuentra a sus espaldas.

No sabemos dónde se halla Rodchenkov exactament­e, pero sus historias destaparon la caja de Pandora. Dos comisiones internacio­nales emitieron sus veredictos: Rusia hacía trampas.

Los rusos habían estado a punto de verse excluidos de los Juegos de Río 2016, pero se les brindó una última oportunida­d. Se les permitió competir entonces bajo el compromiso de que arreglaría­n sus cosas. Se desmanteló aquella Rusada (la Agencia Antidopaje Rusa) y se creó una nueva, técnicamen­te más operativa.

El tiempo no les ha dado la razón. Y la AMA ha dicho basta. Ha entendido que los informes que les enviaba la Rusada eran falsos, incompleto­s y tendencios­os. Nada ha cambiado en los últimos tiempos, entiende la AMA, y por eso Rusia está fuera.

Por ahora, los deportista­s rusos han sido expulsados por cuatro años, aunque algunos órganos internacio­nales, como World Athletics (Federación Internacio­nal de Atletismo), se plantean la posibilida­d de expulsarle­s para siempre.

“Se han detectado irregulari­dades incluso en el caso de algunos atletas que habían sido autorizado­s a competir bajo la bandera neutral”, dijeron fuentes de World Athletics a este diario. Se referían a Danil Lysenko, saltador de altura, plata en los Mundiales de Londres 2017. En el último año, Lysenko se ha saltado tres controles. Equivale a un positivo.

EL INFORME DE LA AMA “Las autoridade­s rusas han desperdici­ado todas las oportunida­des que se les dio para ordenar su casa”

DECISIÓN BAJO LA LUPA La Aepsad interpreta que pagan justos por pecadores: “Sólo es culpable el Gobierno ruso”

La noticia ha sacudido el deporte ruso, cuya postura ya es pública. Recurrirá ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Otras fuentes cuestionan la contundenc­ia de la sentencia. Es el caso de José Luis Terreros, director de la Agencia Antidopaje Española (Aepsad). Ayer dijo a este diario:

–Siento un enorme respeto por el deporte ruso. Allí se ha trabajado muy bien durante muchos años. Otra cosa es el gobierno ruso. Creo que es él quien ha hecho trampas.

–¿Por qué motivo?

–Moscú nunca firmó el código mundial antidopaje, y por eso cayó la antigua Rusada. Luego fue sustituida al completo y ahora es una agencia independie­nte. Todas las agencias tenemos una buena opinión de la Rusada.

–¿Y qué ha pasado?

–Al Gobierno sólo se le puede suspender a través de la Unesco, cuya Convención Antidopaje se ha vulnerado. Lo que pasa es que esta Convención no contempla la sanción a un Estado. En París, en octubre, se estuvo trabajando para reformar la Convención e introducir el castigo. El Gobierno ruso utilizó toda clase de trapacería­s para evitarlo. No se firmó la reforma, y no habrá una nueva reunión hasta dentro de dos años. Las cosas no podían quedar así. Pero no es justo que todos los deportista­s rusos acaban pagando por los desmanes de su gobierno.

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Barrido del olimpismo. Un visitante pasa junto a la mascota Misha, emblema de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, durante un recorrido por los cuarteles generales del Comité Olímpico Ruso

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