“Uno de los mejores discípulos que he tenido”

Licenciado en bioquímica por la Universitat de Barcelona, Gabriel Abril-rodríguez empezó a investigar sobre el cáncer en el laboratorio de Oriol Bachs durante su un máster en la facultad de Medicina. Al terminar el máster en el 2014, deseoso de ampliar su formación en el extranjero y de continuar trabajando en el campo del cáncer, se incorporó al laboratorio de Daniel Peeper –un referente en melanoma– en el Instituto de Cáncer de los Países Bajos en Amsterdam. Allí investigó sobre terapias dirigidas contra dianas moleculares en las células del melanoma. Peeper le sugirió que complementara esta formación con el estudio de las inmunoterapias que estaban transformando el tratamiento del melanoma.

El propio Peeper le puso en contacto con Antoni Ribas, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), a quien Abril-rodríguez no conocía. Llegó a UCLA en el 2016 para una estancia breve pero, al cabo de dos meses, Ribas le propuso que se quedara a hacer el doctorado. “Es uno de los dos mejores discípulos que he tenido en el laboratorio”, le elogia Ribas. En estos tres años, ha sido coautor de siete trabajos publicados en revistas científicas de primer nivel. Aún no ha decidido si, cuando acabe el doctorado en el 2021, continuará la carrera científica o se incorporará al mundo de la empresa.