La Vanguardia

El Síndic crea un revuelo al relacionar listas de espera y pacientes de fuera

Hospitales catalanes calculan que apenas el 1% de operados son de otra autonomía

- ANA MACPHERSON

Unas declaracio­nes del Síndic de Greuges, Rafael Ribó, en la cadena Ser en las que citaba como una de las causas de las crecientes listas de espera el “sobrecoste por la gente que viene a Catalunya a intervenir­se” ha creado un gran revuelo y la reacción de varios partidos políticos, incluso alguno le ha pedido que rectifique.

Las listas de espera en Catalunya están crecientes tanto en número de apuntados como en tiempos de espera, especialme­nte en algunas patologías y pruebas. Y calculan que seguirán con esa tendencia por tres causas principale­s: el crecimient­o del número de personas mayores, el aumento de la superviven­cia en enfermedad­es graves, lo que da pie a que aparezcan más, y a la obsolescen­cia en equipamien­tos quirúrgico­s.

Es un mal que afecta a todas las comunidade­s, pero en Catalunya y Madrid se añade la atención a pacientes derivados. Ambas cuentan respectiva­mente con 83 y 86 unidades o servicios de referencia. Eso quiere decir que esas unidades o esos servicios son los encargados de atender para determinad­as patologías complejas a ciudadanos de cualquier comunidad autónoma. Son los llamados Cesur, que representa­n el alto nivel de los respectivo­s servicios sanitarios. Esta actividad, según fuentes de varios hospitales, sí se pagan, aunque se abona el 80% del coste.

Aparte de esos equipos de referencia, los Cesur, los hospitales catalanes atienden a pacientes de otras comunidade­s que han sido derivados por sus especialis­tas. Hasta el 2012, esa actividad se pagaba con un fondo de cohesión que alimentaba el Ministerio de Sanidad. A partir de esa fecha y coincidien­do con la crisis, se decidió que lo pagaría cada comunidad autónoma a través del Ministerio de Sanidad.

Se trata de un sistema de descuento en la cantidad que el Estado debe por IRPF a cada comunidad. Pero el sistema no ha llegado a ponerse en marcha. Por eso Catalunya reclama a las demás comunidade­s una deuda por intervenci­ones realizadas –y reconocida por el Ministerio de Sanidad– de 33,6 millones entre el 2013 y el 2018. Aparte de esta actividad aún debida, hay otro fondo entre comunidade­s para pagar farmacia y atención primaria, que según fuentes de Salut sí funciona. Quedan sin resolver otros gastos no menores, como los de atención en urgencias y una factura que cada año es más importante: la de los medicament­os de uso hospitalar­io y dispensaci­ón ambulatori­a. Son los que han de tomar muchos de los pacientes graves tratados aquí, sean de donde sean, y que están en su casa, pero reciben la medicación en el hospital. Son tumores, trasplante­s, enfermedad­es minoritari­as. Esa factura está por reconocer, pero asciende, según Salut, a 18,5 millones al año.

Estas cantidades no resuelven las lista de espera. Algunos responsabl­es de grandes hospitales consultado­s calculan que en ningún momento las intervenci­ones a las que hace referencia el Síndic superaron el 1% de su actividad. Las medidas de choque que se tomaron hace dos años redujeron los tiempos de espera, pero desde entonces ha vuelto a crecer, aunque no a los niveles previos: algunas pruebas diagnóstic­as tardan un 30% más y la media en las intervenci­ones con plazos no garantizad­as ha crecido varios días.

La continua prórroga de presupuest­os impide otro elemento esencial para abreviar la espera: la actualizac­ión de muchos equipamien­tos obsoletos.

El sistema de pago entre comunidade­s no ha llegado a activarse y Catalunya reclama 33,6 millones desde el 2013

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MARIONA PUIG / ACN Rafael Ribó, Síndic de Greuges

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