La Vanguardia

Barcelona ultima un plan para retirar amianto

- ÓSCAR MUÑOZ

La presencia de amianto en los edificios es un asunto que preocupa a los ciudadanos porque la inhalación de las fibras que contiene, en caso de que desprendan en el aire tras fragmentar­se, puede producir asbestosis y distintos tipos de cáncer. El Ayuntamien­to de Barcelona acordó ayer dotarse en seis meses de un plan para la retirada de este material –prohibido en sus distintos tipos en España entre 1984 y el 2002– en los equipamien­tos públicos. Así, antes del próximo verano debería estar listo el documento que identifiqu­e los lugares en los que actuar, el calendario y el presupuest­o necesario. Para más adelante quedará el abordaje de este asunto en los inmuebles privados.

La comisión municipal de Derechos Sociales aprobó por unanimidad una proposició­n de ERC que insta al gobierno de Ada Colau a elaborar, a través de la Agencia de Salud Pública, el plan de desamianta­do con el objetivo de que la ciudad quede totalmente libre de este material en el 2032, siguiendo las indicacion­es de la Organizaci­ón Mundial de la Salud. Los trabajos los impulsará el área de Medio Ambiente.

El Ayuntamien­to está elaborando un censo de edificios con elementos que pueden tener amianto, que preveía tener listo antes de fin de año. “En una parte muy importante ya está hecho; ahora se está realizando la comprobaci­ón física sobre el terreno”, explicó la concejal y presidenta de la Agencia de Salud Pública, Gemma Tarafa, durante la comisión. Este trabajo se ha hecho usando imágenes aéreas ya que ese material se usó habitualme­nte en cubiertas. Pero hay otros elementos que también lo tienen y

En seis meses debe estar listo un programa municipal para los equipamien­tos públicos; en el resto de inmuebles se actuará más adelante

no son tan fácilmente detectable­s. Y muchos están en inmuebles de propiedad privada, edificados durante el boom de la construcci­ón de las décadas de los ochenta y los noiventa. Actuar sobre ellos tiene una “complejida­d superior”, reconoció la edil, porque requiere “crear complicida­d con los propietari­os, obligatori­edades” y eso lleva su tiempo. “Lo abordaremo­s en segunda instancia”, anunció la responsabl­e municipal.

En el debate en la comisión también se trató la problemáti­ca que supone la retirada del amianto para la salud no sólo de los trabajador­es que ejecutan este trabajo, sino para el resto de personas que están en los alrededore­s de la zona en la que se actúa. Tarafa, que insistió en que este asunto debe abordarse “con mucho rigor y sin generar alarma social”, aseguró que la agencia que preside “velará por la garantía de que mejore la salud de los ciudadanos” y que, cuando se ejecuten los trabajos, se seguirán los “protocolos de comunicaci­ón pertinente­s con los vecinos”. También coincidier­on los grupos municipale­s en que el problema sobrepasa a Barcelona y debe abordarse con el apoyo de la Generalita­t y del Gobierno central.

La presión ciudadana sobre las administra­ciones para que se retire el amianto va a más. La Federació d’associacio­ns de Veïns de Barcelona (FAVB) y los Jubilados de Macosa-alstom, dos de las más entidades más activas en este asunto, se han dirigido a Colau y al president de la Generalita­t, Quim Torra, para que actúen con urgencia. Para ello les han presentado una carta firmada por 89 organizaci­ones vecinales y que cuenta con el apoyo de otras sociales, profesiona­les y sindicales.

El censo que elabora el Ayuntamien­to con los edificios afectados aún no se ha completado

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