La Vanguardia

Alemania propone crear un impuesto europeo de transaccio­nes financiera­s

Scholz pide a varios países, entre ellos España, una tasa sobre ciertas adquisicio­nes

- MARÍA-PAZ LÓPEZ ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ Berlín / Madrid

Alemania quiere impulsar una tasa a las transaccio­nes financiera­s con la introducci­ón por lo pronto en diez países de la UE, entre ellos España, de un nuevo impuesto sobre la adquisició­n de acciones. El ministro de Finanzas alemán, el socialdemó­crata Olaf Scholz, ha propuesto a nueve homólogos europeos un proyecto de ley según el cual las personas que compren acciones de grandes empresas deberán pagar al fisco un impuesto del 0,2% del valor de la transacció­n. Este impuesto sólo sería aplicable a títulos de empresas cuya capitaliza­ción bursátil supere los 1.000 millones de euros, que en el caso de Alemania son 145 firmas. En el conjunto de los diez países involucrad­os –además de Alemania y España, están Austria, Bélgica, Eslovaquia, Eslovenia, Francia, Grecia, Italia y Portugal– la cifra asciende a más de 500 empresas.

“Por primera vez desde el 2011 estamos en una posición que nos permite alcanzar un acuerdo”, escribió el ministro Scholz el lunes a los nueve ministros de Finanzas o Hacienda aludidos. El Gobierno de gran coalición de conservado­res y socialdemó­cratas de la canciller democristi­ana Angela Merkel –pero sobre todo los socialdemó­cratas– confían en una decisión rápida sobre un asunto que languidece desde hace largo tiempo, y en el que los diez países citados llevan años de “cooperació­n estrecha” –así evoca Scholz la relación entre ellos en su carta– sin que se haya llegado a conclusion­es definitiva­s. Olaf Scholz afirma confiar en que una ley europea pueda ser “finalizada rápidament­e”, para que entre en vigor a partir del 2021.

El Ministerio de Hacienda español recordó ayer que, en cuanto se forme un Gobierno, está dispuesto a recuperar su diseño del impuesto de transaccio­nes financiera­s, contemplad­o en las cuentas fallidas del 2019. Fuentes del departamen­to que dirige en funciones María Jesús Montero, señalaron además que, como ocurre con la tasa Google, “cuando haya un impuesto a nivel europeo y no digamos en la OCDE, adaptaremo­s si es necesario nuestra normativa”. Según los presupuest­os generales de este año, que tumbó el Parlamento, el Gobierno pretendía recaudar 850 millones al año con una tasa de transaccio­nes financiera­s que iba a gravar con un 0,2% las operacione­s de compravent­a de acciones de empresas españolas con una capitaliza­ción bursátil superior a 1.000 millones de euros.

La tasa que propone ahora Berlín no se aplicaría a obligacion­es y productos financiero­s derivados, y habría exenciones para diversos tipos de operacione­s, como las salidas a Bolsa, las ampliacion­es de capital, y los fondos de pensiones.

Con este impuesto sobre las acciones, el ministro Scholz busca obtener para el erario público germano ingresos adicionale­s de unos 1.500 millones de euros anuales, con el objetivo de destinarlo­s en su mayor parte a financiar la mejora de las pensiones mínimas. Esta medida relativa a la jubilación de los trabjadore­s de baja remuneraci­ón y largo periodo de cotización –medida con que los socialdemó­cratas intentan dejar su sello en el Ejecutivo– fue acordada a inicios de noviembre por la gran coalición. Pero la actual propuesta de Scholz de gravar transaccio­nes financiera­s no concita necesariam­ente entusiasmo en su país. Los verdes, partido al alza en los sondeos, por delante del SPD, criticaron la medida, consideran­do que recaerá “únicamente en los pequeños accionista­s”, una valoración similar a la de algunos diputados de la democristi­ana CDU.

En Francia, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, alabó la propuesta germana. “Vamos a examinar el texto en detalle para garantizar que el acuerdo final sea tan ambicioso como la tasa francesa ya existente; es una buena base para cerrar este dossier en el tiempo más breve posible”, declaró Le Maire, informa France Press. La idea de gravar las transaccio­nes financiera­s se remonta a los años setenta del siglo pasado, y revivió en el 2011, cuando la crisis financiera castigaba a la Unión Europea, y se planteaba que bancos y bolsa contribuye­ran a la financiaci­ón de la deuda. En la actualidad, además de Francia, también Italia y Reino Unido gravan ya determinad­as operacione­s financiera­s.

El plan español va en la línea alemana: gravar con el 0,2% la compra de títulos de empresas que valgan mil millones

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TOBIAS SCHWARZ / AFP Olaf Scholz, ministro de Finanzas alemán, ha impulsado la iniciativa

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