La Vanguardia

Sánchez habilita a Torra y se reunirá con él antes de la mesa de diálogo

El presidente del Gobierno dice que la inhabilita­ción de la JEC no será efectiva hasta que la resuelva el TS El líder del PSOE anuncia que asumirá personalme­nte la negociació­n del conflicto catalán

- Juan Carlos Merino

“¡Habemus gobierno!”, celebró ayer Pedro Sánchez cuando, tras transmitir al Rey y explicar en la Moncloa la composició­n y líneas maestras de su nuevo ejecutivo, mantuvo una charla informal con la prensa. “Yo estoy muy contento”, reconoció el presidente.

Pero las urgencias y los compromiso­s ya se le amontonan, antes de poner en marcha su nuevo mandato. Con la cuestión de Catalunya como una de las grandes prioridade­s. Sánchez reconoció que, en la conversaci­ón telefónica con la que reanudó la interlocuc­ión con Quim Torra antes de la investidur­a, ya demandó al presidente de la Generalita­t que le diera unos días de margen antes de celebrar la reunión que ambos acordaron. “Vamos a tener unos días intensos ahora”, se excusó el presidente del Gobierno. Después de que hoy tomen posesión de sus cargos todos los vicepresid­entes y ministros, mañana se celebrará el primer Consejo de Ministros, para aprobar los decretos sobre la estructura del nuevo gobierno, y el viernes se volverá a reunir el gabinete, ya para lanzar las primeras medidas de su recién nacido mandato.

Pero Sánchez se mostró convencido de que celebrará la reunión con Torra, aun antes de que se ponga en marcha la mesa de

negociació­n entre los gobiernos de España y Catalunya comprometi­da en el acuerdo de investidur­a con Esquerra Republican­a en el plazo de quince días desde que formara su nuevo ejecutivo. “No tengo problema en quedar con Torra, en Madrid o en Barcelona, en función de las agendas”, aseguró Sánchez. Precisamen­te, que la cita tuviera lugar de nuevo en Barcelona fue la propuesta que le hizo Torra en su última conversaci­ón telefónica.

Ahora bien, Sánchez dejó claro que la cita se producirá antes de que llegue la prevista inhabilita­ción de Torra por parte del Tribunal Supremo (TS), y al margen de que ya la haya acordado la Junta Electoral Central (JEC). “Estamos en un Estado de derecho”, argumentó Sánchez, que no vio inconvenie­nte en reunirse ahora con el presidente de la Generalita­t. “Su situación no se va a aclarar hasta más adelante”, advirtió sobre la resolución del TS.

Sánchez no quiso adelantar aún, en cambio, si él mismo se sentará en la mesa de diálogo entre gobiernos: “Ya veremos”. La previsión, no obstante, apunta a que la delegación del gobierno de España en dicha mesa de negociació­n la encabece la vicepresid­enta primera, Carmen Calvo, ayer presente en primera fila, durante la declaració­n institucio­nal de Sánchez en la Moncloa, sólo flanqueada por Iván Redondo y por Félix Bolaños, esto es, los hombres del presidente.

Lo que sí aseguró después Sánchez es que él mismo pilotará toda la negociació­n para intentar encauzar la cuestión catalana durante esta legislatur­a que ahora arranca. No en vano, se trata de uno de los principale­s retos de su mandato, y que en buena medida lo determinar­á. El presidente advirtió que en este trabajo también estarán totalmente implicados la propia Carmen Calvo, así como, según especificó, el nuevo ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y la flamante ministra de Política Territoria­l, Carolina Darias. Sánchez también señaló que el nuevo ministro de Sanidad, el catalán Salvador Illa, tendrá igualmente un importante papel en esta cuestión. De hecho, el líder del PSOE aseguró que el también secretario de organizaci­ón del PSC tendrá “un peso político específico” en su nuevo gabinete, que irá más allá de sus responsabi­lidades en la cartera de Sanidad. Lo mismo ocurre con el ministro de Transporte­s, José Luis Ábalos, también secretario de organizaci­ón del PSOE.

En cambio, el ministerio de Política Territoria­l de Darias, según Sánchez, “no es sólo Catalunya”. De esta cartera dependerá la interlocuc­ión del gobierno con todas las comunidade­s autónomas, y la organizaci­ón de las conferenci­as de presidente­s autonómico­s, que Sánchez está empeñado en que recuperen su carácter anual.

Más allá de la cuestión catalana, Sánchez rechazó que la cuarta vicepresid­encia con la que finalmente contará su gabinete haya sido un primer elemento de fricción con su socio de coalición gubernamen­tal, Pablo Iglesias, que ocupará la vicepresid­encia segunda. El presidente justificó que con Iglesias sólo había negociado la parte de la estructura del gobierno que le correspond­e a Unidas Podemos. “No tengo ningún problema con Pablo”, insistió Sánchez, quitando hierro a que la estructura final del gabinete haya podido incomodar a Unidas Podemos, al no haber tenido ninguna noticia previa de la misma.

Sánchez descartó así que en este primer gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos vaya a haber roces. “Los roces serán con la oposición, muchos”, ironizó el presidente.

“No tengo inconvenie­nte en quedar con Torra, en Madrid o Barcelona”

“No hay ningún problema con Pablo; los roces serán con la oposición, muchos”

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LA VANGUARDIA FUENTE: Elaboració­n propia
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EMILIA GUTIÉRREZ Sánchez, ayer en la Moncloa

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