Objetivo Perpiñán
La extrema derecha intenta de nuevo conquistar la capital rosellonesa
Salvador Dalí, en 1965, dedicó a Perpiñán un piropo surrealista que la ciudad aún rentabiliza. El pintor calificó su estación de tren como “el centre del món”. Estas palabras presiden su fachada y dan nombre al área comercial en su interior. Más de medio siglo después, la hipérbole daliniana contiene una parte de verdad. Perpiñán, con sus 120.000 habitantes, es un mosaico étnico y social, un microcosmos de las tensiones francesas. Lástima que “el centro del mundo” lleve 30 años esperando la conexión ferroviaria de alta velocidad –no existe todavía entre Nimes y la capital rosellonesa–, por desinterés de las autoridades de París.
La fronteriza y provinciana Perpiñán, una de las urbes más pobres de Francia, no suele generar titulares en la prensa nacional. Pero los focos sí se encenderán en las elecciones municipales del 15 y el 22 de marzo. Por tercera vez consecutiva, el diputado Louis Aliot, que fue el número dos del Reagrupamiento Nacional (RN, antes Frente Nacional)
y excompañero de Marine Le Pen, intentará conquistar la alcaldía.
Si bien Aliot no se presenta esta vez bajo la etiqueta del RN ni usa sus símbolos en la campaña, a nadie se le escapa su militancia. Si triunfa, sería la primera ciudad francesa de más de 100.000 habitantes en manos de la extrema derecha, una plataforma muy útil para demostrar que el RN sabe gestionar y buscar complicidades políticas que rompan el cordón sanitario creado contra ellos, durante decenios, por los otros partidos.
Aunque parte como claro favorito en la primera vuelta, Aliot no lo tendrá fácil si en el segundo turno se forma una coalición contra él, como ya sucedió en el 2014.
“Volverá a ser todos contra mí, pero no creo que funcione tan bien como la última vez –asegura el candidato en una entrevista con La Vanguardia–. Me he preparado para este escenario. Llevo años trabajando en todos los medios sociales y económicos. En el 2014 había sectores que se movilizaron contra mí y ahora no lo harán”.
Aliot, de 50 años y nacido en
Toulouse, es un hombre afable y muy deportista. Su familia por parte materna es originaria de Vergel, en Alicante. El candidato aún practica el rugby. Juega con el equipo de los parlamentarios y se desplazó a Japón para el último campeonato mundial. En el Frente Nacional contribuyó a la llamada estrategia de desdiabolización, para eliminar las posiciones más extremistas, de tinte racista y antisemita, heredadas del fundador del movimiento, Jean-marie Le Pen. El aspirante a alcalde se considera “patriota” y conservador, pero no de extrema derecha. Rechaza esa etiqueta, si bien asume con resignación que los periodistas la sigamos usando para diferenciar al RN de los otros partidos. “El Partido Popular tiene mucho más su origen en la extrema derecha española que nosotros –argumenta–. ¿Quién creó el PP? Fraga y otros. Nuestro modelo no es (el mariscal) Pétain”.
La oficina electoral de Aliot es espaciosa, en pleno centro, muy cerca del Ayuntamiento. Él pudo haber sido cabeza de lista en las últimas europeas, pero prefirió luchar otra vez por la alcaldía. El político posa en su despacho, en traje oscuro, muy institucional, con la bandera francesa y la senyera a su espalda. Hace un día de invierno
EXPAREJA DE MARINE LE PEN Louis Aliot, que fue número dos del Reagrupamiento Nacional, parte favorito
‘PIED-NOIRS’ Y GITANOS
La ciudad, un mosaico social complejo, es de las más pobres y desiguales de Francia