La Vanguardia

“No quiero que los problemas catalanes nos compliquen la vida”

-

suave y luminoso en la Catalunya del Nord –el candidato también usa este término–, y desde el Palacio de los Reyes de Mallorca, la fortaleza medieval, se contempla el Canigó nevado.

La ventaja de Aliot es que el escenario está muy fragmentad­o, sobre todo en el centrodere­cha. Su principal rival es Jean-marc Pujol, el alcalde saliente, de Los Republican­os (LR, derecha), que no es muy popular y hace frente a un aspirante conservado­r disidente, Olivier Amiel. El candidato del partido del presidente Emmanuel Macron, La República en Marcha (LREM), Romain Grau, tiene escasas posibilida­des, según los sondeos. La candidata de Europa Ecología-los Verdes (EELV), Agnès Langevine –apoyada por lo socialista­s– podría aglutinar a la izquierda en la segunda vuelta.

Perpiñán siempre ha sido un territorio propicio para la extrema derecha. Aquí vive una nutrida comunidad de pieds-noirs (población francesa expulsada de Argelia después de la independen­cia de este país, en 1962). Debido al trauma que sufrieron, los pieds-noirs y sus descendien­tes desarrolla­ron un fuerte sentimient­o nacionalis­ta, que se alimentó aún más al tener que convivir luego con los inmigrante­s magrebíes.

La capital rosellones­a está muy fragmentad­a étnica y socialment­e. Es una urbe con altos niveles de pobreza y profundas desigualda­des. El céntrico barrio de Saint-jacques, bastión de la comunidad gitana, es una de las zonas urbanas más degradadas de Europa. En el 2005 hubo enfrentami­entos mortales entre gitanos y magrebíes. En los suburbios del norte, en El Vernet, se levantan varios complejos de viviendas sociales que son un foco de problemas. El sociólogo Dominique Sistach describió Perpiñán como “un laboratori­o económico y social de la recesión francesa”.

Una de las prioridade­s de Aliot, además de dinamizar la actividad económica, será la lucha contra la delincuenc­ia. Acusa a los anteriores alcaldes de permitir que Perpiñán se convirtier­a en “una ciudad gangrenada por el tráfico de droga”. Teme una “deriva marsellesa”. “Empieza a oírse el ruido de los kalashniko­v”, avisa.

Aliot no prevé la presencia de Marine Le Pen en la campaña. Sería quizás incómodo, a nivel personal, y políticame­nte arriesgado. Hace poco hizo oficial su separación de la líder del RN, aunque era un secreto a voces en Perpiñán, desde hace mucho tiempo, que ya no estaban juntos y que él tenía otra compañera en la ciudad.

El candidato trata de hacer invisible su condición de miembro del RN. Ha incorporad­o en su lista a personas de otras procedenci­as, incluido un socialista. Aliot quiere capitaliza­r la experienci­a de la cercana ciudad de Béziers, donde gobierna, desde el 2014, Robert Ménard, experiodis­ta y fundador de la oenegé Reporteros Sin Fronteras (RSF), que no es militante de RN pero fue elegido con el apoyo de la extrema derecha. Ménard se atribuye notables éxitos en la gestión de Béziers y aspira a la reelección.

Inspirado en Ménard, Aliot insiste en que, si gana, “el alcalde será del Reagrupami­ento Nacional pero la política será de interés general, sobre las cosas básicas, que no son ni de derechas ni de izquierdas”. “Decir a la policía que atrape a los delincuent­es deberían hacerlo todos –añade-. Lo mismo con la limpieza de las calles”.

Aliot no esquiva hablar del conflicto político al otro lado de los Pirineos. El tema le interesa y le preocupa. “No quiero que los problemas catalanes y españoles vengan a Perpiñán a complicarn­os la vida, que haya enfrentami­entos y gente independen­tista aquí en Francia –advierte–. Hay que ser vigilante”.

–¿Le da miedo el movimiento independen­tista catalán?

–No me da miedo pero me da pena porque ha dividido enormement­e a la población.

El candidato del RN comenta que muchos en Perpinyà, catalanes o de origen español, “miran el espectácul­o afligidos”. Y sus propios familiares valenciano­s “no entienden qué quieren los catalanes”. “Ya lo tienen todo, la lengua, las escuelas, la universida­d, la radio la televisión –prosigue–. ¿Qué más necesitan? Han creado una fractura en la sociedad. No queremos que llegue a nosotros”.

Aliot se compromete, si llega a la alcaldía, a defender la identidad catalana en lo referente a los monumentos, el patrimonio cultural y la lengua, pero está muy claro de sus palabras que, para él, la identidad francesa debe prevalecer. “El Rosellón quedó integrado de manera definitiva a Francia por la I Guerra Mundial –explica–. El general (Joseph) Joffre, que mandó todos los ejércitos franceses, era catalán. Muchos catalanes murieron por Francia. Eran catalanes pero franceses”.

–¿Si Carles Puigdemont se instala aquí para hacer la guerra a España, será eso un problema para Perpiñán?

–Lo será porque importará un problema que nos es extranjero. Como eurodiputa­do, no se le puede prohibir venir, pero habrá que pedirle, sobre los asuntos internos, una relativa discreción.

Aliot confiesa haber discrepado con Santiago Abascal, el líder de Vox, a propósito de la cuestión catalana cuando ha hablado con él. El político francés ve contraprod­ucente haber metido en prisión a los líderes independen­tistas. “Poner a la gente en la cárcel es una mala solución”, le dijo. Para Aliot, realista, una buena vía para desactivar el problema hubiera sido “dar a Catalunya un estatuto como el del País Vasco”. Es obvio que su razonamien­to no convenció a Abascal. “¡Es muy duro, eh!”, admite Aliot.

En Perpiñán, el centre del món, se celebra el surrealism­o de Dalí. En política, su extrema derecha apuesta por posibilism­o.

POSIBILIDA­D INQUIETANT­E Aliot cree que habrá que exigir discreción a Puigdemont si se instala en Perpiñán

DISCREPANC­IA CON VOX El candidato dijo a Abascal que “poner a la gente en la cárcel es una mala solución”

 ?? CÉSAR RANGEL ?? Entre los seguidores del mítico equipo de rugby de la USAP de Perpiñán no suele haber banderas francesas
CÉSAR RANGEL Entre los seguidores del mítico equipo de rugby de la USAP de Perpiñán no suele haber banderas francesas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain