Es hora de gobernar
Tras comunicársela al Rey, Pedro Sánchez dio a conocer ayer oficialmente la composición del primer gobierno de coalición de la historia de la democracia, formado por el PSOE y Unidas Podemos. Un ejecutivo que tendrá 22 carteras, 11 de ellas ocupadas por mujeres y 11 por hombres. Sánchez definió su nuevo gobierno como progresista, dialogante, activo y resolutivo y dijo que esta debe ser la legislatura del diálogo social, territorial y generacional para responder a una ciudadanía que reclama moderación y no crispación. Y lanzó un aviso a Podemos al señalar que “el gobierno hablará con varias voces pero con una misma palabra” y que recorrerá “un camino nuevo” que pone la política española en la misma senda que la europea.
Para hacerlo, el primer hecho destacable es la existencia de cuatro vicepresidencias, tres de ellas con titular femenino. Sánchez rebaja así el peso y diluye la presencia de Pedro Iglesias, responsable de Derechos Sociales y Agenda 2030. El presidente ha ejercido su prerrogativa de decidir su estructura de gobierno y dejar claro quién es el máximo responsable y quién lleva el timón en este barco con dos tripulaciones distintas. La vicepresidenta primera será Carmen Calvo, además de ministra de la Presidencia y Relaciones con las Cortes. Las otras dos serán Nadia Calviño, responsable de Economía, y Teresa Ribera, titular de Transición Ecológica y Reto Demográfico. La primera deberá garantizar la ortodoxia económica y cuadrar las cuentas no sólo con los ministros de su partido sino con los de su socio de coalición, una tarea que no será ni cómoda ni fácil. Con el ascenso de Teresa Ribera, Sánchez simboliza la importancia que la crisis medioambiental tendrá en el nuevo ejecutivo y le quita una bandera a Podemos.
UP tendrá cuatro ministros y un vicepresidente. A falta de ministerios de Estado, Pablo Iglesias intentará dar plasmación a su programa electoral, especialmente en temas de derechos sociales. Su ministerio más político será el de Trabajo, en manos de Yolanda
Díaz, con la derogación de la reforma laboral como gran objetivo. Manuel Castells en Universidades, Irene Montero en Igualdad y Alberto Garzón en Consumo serán las otras caras de UP en el gabinete.
Sánchez mantiene la línea continuista con Marlaska (Interior), Robles (Defensa), Maroto (Industria), Planas (Agricultura), Celaá (Educación), Duque (Ciencia) y Ábalos (Transporte). María Jesús Montero, que ha ganado peso político, seguirá en Hacienda pero será también la nueva portavoz de la coalición. Entre las caras nuevas destaca Salvador Illa, secretario de organización del PSC, como ministro de Sanidad. Será la cuota del socialismo catalán en el gobierno pero tendrá también un papel importante en las negociaciones con la Generalitat, pues ha sido uno de los artífices del acuerdo firmado entre PSOE y Esquerra. La nueva ministra de Exteriores, Arancha González Laya, tiene un perfil mucho más técnico que político, a diferencia de su predecesor, Josep Borrell. Sánchez reformula la agenda internacional y priorizará la diplomacia económica. Lo mismo cabe decir del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, un guardián económico para poner coto al gasto de las pensiones.
Sánchez ha formado el gobierno más amplio de la democracia, sólo superado por los 24 ministros de Adolfo Suárez en 1979. Un ejecutivo con perfil político, técnico y económico para sacar adelante la agenda pactada entre el PSOE y UP. Rigor económico, políticas sociales y la agenda verde son las prioridades. Sánchez ha contrarrestado la presencia de los ministros de UP reforzando el área económica y con perfiles técnicos con amplia experiencia.
A partir de ahora habrá que ver cómo se desenvuelve el nuevo ejecutivo ante desafíos como la cuestión catalana, su fragilidad parlamentaria, los envites de una crispada oposición de derechas y, también, las potenciales luchas intestinas por el espacio y el control del discurso dentro de la propia coalición. Acaba la etapa de interinidad política en España. Es hora de gobernar.
Sánchez pone el diálogo
como bandera de un gabinete plural “que hablará
con una sola palabra”