La Vanguardia

Un estúpido impuesto ambiental

- Josep Miró i Ardèvol

Está visto que las políticas medioambie­ntales de quienes nos gobiernan en Barcelona y la Generalita­t compiten en su carácter injusto. El caso de Barcelona lo traté en un artículo anterior (2 de diciembre). Ahora la Generalita­t practica una arbitrarie­dad semejante por la vía de los impuestos a los vehículos (ley 9/2019, de 23 de diciembre), prescindie­ndo de si circulan mucho o poco, y sólo en función del tipo y el año. Ambos gobiernos llegan tarde y después de años de inoperanci­a quieren corregir una situación indeseable, la contaminac­ión, con soluciones inequitati­vas y discrimina­torias.

La Generalita­t castiga a los vehículos antiguos que no tienen edad para ser clásicos. También al mundo rural, donde abundan coches viejos que circulan poco, útiles para cortos desplazami­entos locales con independen­cia de los kilómetros que recorran. Un Seat 600 N de 1957 tributará 98 euros el primer año y 159,60 euros el segundo, ¡más que un Ferrari de 670 caballos! Goya ya lo dejó grabado hace doscientos veinte años: los sueños de la razón producen monstruos.

El problema radica en forzar la fiscalidad persiguien­do un buen fin, pero con un método equivocado. No son los vehículos los que contaminan, sino el combustibl­e que consumen. Un litro de gasolina emite 2.196 gramos de CO2. A más consumo, más impacto. Lo lógico es limpiar la atmósfera incrementa­ndo la presión fiscal sobre los combustibl­es, de manera que pague más quien más contamine. Esa es la lógica, ¿o no? Era la solución para Catalunya y también para Barcelona. ¿Por qué no se ha hecho? Se puede dudar de que sea competenci­almente posible que el Parlament legisle sobre este tipo de impuesto. Pero incluso en este supuesto, puede lograrse aprovechan­do la actual coyuntura de negociacio­nes con el Gobierno español. Se trataría de aplicar el artículo 150.1 de la Constituci­ón y conseguir, para esta ocasión y esta ley, la capacidad de aplicar este impuesto, sin que ello fuera óbice para que el Estado lo hiciera más adelante con carácter general.

Los ingresos deberían dirigirse a incentivar el cambio a vehículos híbridos y eléctricos, y generaliza­r los puntos de recarga, al mismo tiempo que obrando así no se castigaba a quienes hacen un uso escaso de su coche. Pero claro, esto sería pensar primero en las personas.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain