El chileno Piñera retoca las pensiones mientras su popularidad se hunde
Sebastián Piñera bate récords. Con más de dos años de mandato por delante, el presidente conservador chileno se ha convertido en un fósil político. La encuesta de opinión más fiable del país publicó ayer su última medición: Piñera sólo tiene el apoyo del 6% de los ciudadanos, la aprobación más baja de un mandatario desde la recuperación de la democracia en 1990. El presidente anunció el miércoles una tímida reforma de las pensiones.
Se trata del primer sondeo del
Centro de Estudios Públicos (CEP) –fundación privada– desde el estallido de la revuelta ciudadana el pasado 18 de octubre que ha puesto contra las cuerdas el modelo económico ultraliberal creado por la dictadura de Pinochet, que pactaron preservar en democracia los partidos de izquierda y derecha.
Con un 82% de desaprobación, Piñera bate el récord que tenía la socialista Michelle Bachelet, que en el 2009, durante su primer mandato, cayó al 11% de aprobación y al 78% de rechazo. Precisamente, Bachelet se ha convertido ahora en la líder mejor valorada del anterior gobierno progresista de la Nueva Mayoría –la antigua Concertación–, aunque con un exiguo 25%. La expresidenta y actual alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU ha reiterado que no se plantea postularse a un tercer mandato.
El sondeo del CEP ratifica el hartazgo de los chilenos con la clase política, tanto con los líderes tradicionales que tocaron poder, como con los que nunca lo hicieron. Es el caso este último de los antiguos representantes estudiantiles y ahora diputados, como Giorgio Jackson, Gabriel Boric o Camila Vallejo, que a pesar de enarbolar un discurso antisistema no acaban de caer simpáticos entre los chilenos. No obstante, se mantienen en lo alto de la tabla: el segundo líder más valorado es un político joven y no tradicional, Jorge Sharp, alcalde progresista de Valparaíso (26% de simpatía), aunque paradójicamente el mejor puntuado (37%) es el expinochetista y excandidato presidencial de la derecha, Joaquín Lavín, actual alcalde de Las Condes, municipio santiaguino de clase alta.
Mientras tanto, y aunque en estos meses de vacaciones veraniegas han disminuido, las protestas prosiguen a diario, con la petición de dimisión de Piñera como principal reivindicación, y a la espera del referéndum del 26 de abril donde los chilenos decidirán con toda probabilidad la redacción de una nueva Constitución. El mismo sondeo vaticina que el 63% votará a favor de finiquitar la carta magna elaborada por Pinochet en 1980, mientras que un 13% lo hará en contra y un 20% aún no lo ha decidido.
Una de las principales demandas de la calle para poner fin a la inequidad social en Chile es acabar con las polémicas administradoras de fondos de pensiones (AFP) que gestionan, con grandes beneficios, el dinero de las jubilaciones según el cuestionado modelo de capitalización individual creado por la dictadura, precisamente por el economista José Piñera, hermano del presidente.
El mandatario anunció la noche del miércoles el envío al congreso de una tímida reforma que permitirá aumentar las pensiones asistenciales y las más bajas. La reforma prevé elevar gradualmente un 6% la cotización a cargo del empleador. La mitad irá a la cuenta de capitalización individual del trabajador y el otro 3% formará parte de un Fondo de Ahorro Colectivo y Solidario. Un primer paso para un sistema de seguridad social más solidario.
Un 63% de encuestados votaría a favor de redactar una nueva Constitución en el referéndum de abril