Fantasmas espantados
El Barça recupera la senda de la victoria ante el Fenerbahçe
No era el Ulker Sports Hall el mejor escenario para aterrizar en el momento más complicado de la temporada para el Barça. Tres derrotas seguidas en la Euroliga habían situado al conjunto blaugrana en una situación muy delicada y a su entrenador, Svetislav Pesic, a dos telediarios de las primeras críticas. Pero también son estas coyunturas las que despiertan el orgullo de los grandes equipos y este Barça es deslumbrante, por mucho que siga sin saber cómo poner la quinta marcha. Ante una grada hostil, un rival extramotivado en el que el fin justificaba los medios y ante un trío arbitral que durante el segundo cuarto afloró los peores recuerdos del deporte, los blaugrana pusieron fin a su mala racha y derrotaron al Fenerbahçe de Zeljko Obradovic con una demostración de carácter y baloncesto.
Había tenido un comienzo de temporada ciertamente deficiente el todopoderoso equipo turco pero encadenaba tres victorias europeas consecutivas antes de recibir al Barça. Con todos sus hombres recuperados, Obradovic ya ha engrasado la maquinaria. Así que el Barça saltó a la pista concienciado de que afrontaba una misión complicada pero no imposible. No tenía nada que envidiarle al rival ni en el parquet ni en el banquillo. Hanga comandó un parcial inicial de 0-11 en casi cuatro minutos. De nuevo, los blaugrana entraban bien a un partido. Los problemas suelen llegar luego, incapaces de gestionar grandes diferencias en las últimas semanas de manera más que preocupante.
Ya desde el inicio se vio a un Claver descomunal, esta vez reflejada su exhibición en la estadística con 17 puntos. Aunque la aportación del valenciano abarca las cuatro equinas de una pista, con sus interminables brazos y sus impagables intangibles. Se estiró el marcador hasta el 12-30 gracias a un triple de Delaney (minuto 12), precioso su duelo baloncestístico –y dialéctico– con el peligroso Sloukas.
La puesta en escena había sido inmejorable ante un rival que no escatimaba esfuerzos para desquiciar al Barça. Fue una batalla muy física. Pero un pequeño apagón blaugrana en ataque, adornado con una labor arbitral desastrosa, incluida una técnica a Pesic y una antideportiva a Hanga, espoleó al Fenerbahçe, que firmó un 22-5 de parcial para casi igualar las fuerzas.
Parecieron serenarse los ánimos tras el descanso, con más baloncesto y menos faltas. Aunque Kalinic, una lapa sobre Mirotic, demostró que cuando se retire tendrá trabajo en lo alto de un escenario. Los locales no lograron ponerse por delante en el marcador hasta el último cuarto, cuando Ali aprovechó un robo de Vesely, una pesadilla en defensa, para situar el 62-61 (minuto 32). Todo el trabajo blaugrana parecía venirse abajo y los fantasmas de las últimas derrotas recuperaban las sábanas. Entonces emergió la figura de un motivadísimo Delaney, que firmó 5 puntos consecutivos para devolver la calma a los suyos. La presión asfixiante en los dos últimos minutos de los turcos no fue suficiente y el Barça supo manejar su ventaja con maestría. Vuelve a respirar el equipo de Pesic, mala noticia para sus rivales.