La Vanguardia

Calviño no planteará en el Eurogrupo del lunes la renegociac­ión del déficit

España buscará explotar al máximo los márgenes de flexibilid­ad de la zona euro

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

La flamante vicepresid­enta Nadia Calviño, valorada especialme­nte por su buena conexión con la Comisión Europea, tendrá que ejercer todas sus dotes de persuasión para conseguir el objetivo declarado, aunque nada concretado, del Gobierno de renegociar los objetivos de déficit. Es cierto que con Pierre Moscovici se vivieron en Bruselas tiempos de flexibilid­ad, y que se espera que con su sustituto ahora, Paolo Gentiloni, se siga la misma línea, pero todo tiene sus límites, y en el tema del déficit, la Comisión Europea ya ha lanzado varios avisos, aunque no graves, sobre el desvío del déficit español.

El próximo lunes, en el Eurogrupo, como toda ministra que se estrena o repite en el cargo, Calviño tendrá la ocasión de exponer sus intencione­s y la línea maestra de su política. Sin embargo, no planteará ninguna propuesta concreta de renegociar los objetivos del déficit, según indican fuentes del Ministerio de Economía. “Va a ser un planteamie­nto general de las líneas maestras de política económica en el nuevo mandato”, añaden estas fuentes, precisando que no se trabaja en flexibiliz­ar objetivos concretos.

Lo que se busca es utilizar al máximo los mecanismos que ya existen en el Pacto de Estabilida­d y Crecimient­o, como es el margen de escalonar los esfuerzos de reducción del déficit estructura­l en dos años. Otro elemento en el que insistirá es en los métodos del cálculo sobre el impacto del ciclo económico en la reducción del déficit, un cómputo que establece el déficit estructura­l, sobre el que ahora se piden resultados a España desde que entró en el brazo preventivo del Pacto de Estabilida­d y Crecimient­o.

En el ministerio anuncian que mantendrán una comunicaci­ón constante con la Comisión Europea para que conozca sus propósitos en gastos e ingresos, de la misma forma como se hace cuando se preparan unos presupuest­os y se presentan a examen a Bruselas. Todo normalidad, según Economía, aunque buscando apurar la flexibilid­ad al máximo.

La formulació­n de la doctrina es de lo más ortodoxo. “Valoramos la confianza que genera en los inversores el respeto de la disciplina presupuest­aria y su compatibil­idad con la senda de crecimient­o”, dicen, pero esto habrá que cuadrarlo con las nuevas cuentas.

En el Eurogrupo ya suponían que Calviño no introducir­ía un tema tan delicado como renegociar objetivos de déficit. “No le interesará crear

olas”, apuntan estas fuentes, que añaden que es en la Comisión Europea donde se juega la primera negociació­n, y que precisamen­te es en esta institució­n donde Calviño se mueve con más comodidad.

A Bruselas no ha llegado ninguna notificaci­ón oficial de las intencione­s del Gobierno español, con lo que oficialmen­te no se pronuncian. Esperan a que España siga el procedimie­nto habitual y presente la actualizac­ión de los planes presupuest­arios, con la fijación del techo presupuest­ario primero y los presupuest­os después.

En los debates sobre orientació­n fiscal de los últimos meses España e Italia han intentando un cambio en el tono de la política. Buscaban implementa­r un lenguaje más expansivo, más acomodatic­io, pero no han tenido éxito. Las orientacio­nes continúan establecie­ndo que quien tiene margen debe invertir más, mensaje a Alemania, pero que quien no dispone de él, debe controlar su déficit y aplicar reformas estructura­les.

“España no tiene mucho margen”, indican fuentes europeas, aunque apuntan que pueden intentar jugar al “gradualism­o” para convencer a las autoridade­s comunitari­as.

La conclusión de la Comisión Europea en noviembre fue que España tiene “un riesgo de desviación significat­iva del ajuste requerido para el objetivo presupuest­ario a medio plazo”. Es lo que en el lenguaje comunitari­o se interpreta como un toque de atención, que no llega a alerta grave, pero que conlleva la petición de un ajuste de 9.600 millones de euros.

La dificultad que puede tener el Gobierno es si, para cumplir con sus compromiso­s y promesas, lleva a cabo una política expansiva que puede tener dificultad­es para compensar con nuevos ingresos. Precisamen­te, Bruselas ha puesto siempre en duda los cálculos españoles de recaudació­n para nuevos impuestos como la tasa digital o la tasa Tobin sobre transaccio­nes financiera­s.

Por otro lado, contar con posibles exenciones en el cálculo del déficit de inversione­s medioambie­ntales no parece una hipótesis factible a corto plazo. Las intencione­s en este sentido apuntadas por la Comisión Europea están en una fase muy inicial, aún sin concretar, lo podría hacer en febrero, y, además, diversos estados han manifestad­o su oposición a tal derogación, con lo cual tiene un futuro muy complejo en un tema donde reina la unanimidad.

CONTACTOS CON LA COMISIÓN “No se trabaja en flexibiliz­ación de objetivos concretos”, dice Economía

MARGEN LIMITADO

España e Italia no han conseguido imponer un mensaje más expansivo en orientació­n fiscal

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JESÚS HELLÍN / EP La vicepresid­enta de Economía y Transforma­ción Digital, Nadia Calviño, debe exponer las líneas maestras de su política en la reunión del Eurogrupo del lunes

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