Cumbre sin resultados
La Generalitat reclama a las empresas planes para reducir las emisiones de CO2 , mientras las oenegés se quejan de su exclusión
La cumbre catalana de acción climática concluyó sin resultados tangibles. El encuentro (que reunió a casi 1.000 personas en el Teatre Nacional de Catalunya) ha sido el punto final de 12 sesiones de trabajo en las que el Govern había pedido a unas 200 empresas e instituciones mayor implicación para mitigar el cambio climático. La idea central es invitarlas a que promuevan planes para reducir las emisiones de CO2 y fijen metas de descarbonización en sus actividades. La jornada acabó con la presentación de un documento de compromisos al que las empresas pueden adherirse como una suscripción a la carta.
“No queremos centrifugar la responsabilidad del Govern hacia las empresas, sino que les pedimos un esfuerzo adicional, extra, para actuar con la celeridad que nos pide el ciudadano contra la crisis climática”, había señalado esta semana el conseller de Territori i Sostenibilitat, Damià Calvet, para expresar el sentido de este proceso. “El reto al que nos enfrentamos es de tal envergadura, que la solución no puede venir dada sólo por el Gobierno, sino que se requiere la implicación de toda la sociedad”, sostiene Marta Subirà, secretaria de Medi Ambient.
Se buscaba que la jornada no fuera un mero gesto voluntarista, sino que se convirtiera en un “acta notarial” que posibilite hacer ese seguimiento posterior de los compromisos adquiridos. Pero por ahora es un acta notarial sin firma. Todo queda en una plantilla abierta, con buenos propósitos, que las empresas asumirán (deberán rellenar el formulario) en función de lo que les parezca más conveniente y se vean capacitadas.
El documento establece el compromiso de alcanzar la neutralidad de carbono en el 2050 y presentar en un plazo inferior a un año una hoja de ruta para lograr esa meta con un plan de reducción de emisiones de gases. Otras propuestas/promesas de acción son calcular anualmente sus emisiones, publicar las inversiones para reducir la huella de carbono y presentar un informe sobre su comportamiento climático. Mejorar la eficiencia energética, contratar suministro eléctrico de origen renovable o buscar un autoconsumo de fuentes renovables son otros apartados. El Departament de Territori ha prometido hacer un seguimento de estos compromisos y publicar la información de manera accesible.
Pero las protestas cobraron gran protagonismo. Unas 50 personas de la Xarxa d’entitats Climàtiques se concentraron ante el TNC para protestar. Uno de sus portavoces, Álex Guillamon, lamentó que se haya afrontado la cumbre “sin invitar a las entidades que han puesto el cambio climático en la agenda política”, mientras que otra portavoz, María Serra, remarcó que no les silenciarán. Las entidades pidieron a la Generalitat una docena de medidas para hacer frente al cambio climático, como detener las ampliaciones del puerto y del aeropuerto o la aplicación de una tasa anticontaminación para entrar en las zonas de bajas emisiones.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, sostuvo que si Catalunya fuera independiente, podría combatir con mejores y más eficaces instrumentos la crisis climática. Afirmó que de la misma manera que Catalunya ha tenido “capacidad para liderar revoluciones en el pasado”, también puede capitanear las acción climática, aunque adelantó que supondrá “sacrificios”. La presidenta del puerto, Mercè Conesa, aprovechó la oportunidad para replicar al Ayuntamiento de Barcelona. Rechazó que se pueda imputar al puerto todas las emisiones de CO2 del conjunto de la cadena logística, pues “sólo podemos actuar en aguas abrigadas”. El puerto tiene como meta de reducir el 50 % de las emisiones de CO2 hasta el 2030 a través de un plan de electrificación delos muelles.
Quienes secunden el llamamiento deben rellenar el formulario de los compromisos adquiridos