La Comisión Europea insta a Estados Unidos a relanzar las relaciones
Phil Hogan, nuevo comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), llamó ayer a “refrescar y reiniciar” la agenda comercial “compartida” con Estados Unidos y destacó el “buen comienzo” de las conversaciones con este país a pesar de las amenazas de aranceles lanzadas por el presidente estadounidense, Donald Trump. “Tengo esperanzas de que la década del 2020 pueda ser una era de relaciones transatlánticas refrescadas y renacidas”, señaló Hogan, quien asumió el cargo en diciembre, en una conferencia en el Centro de Estudios Estratégicos.
En una rueda de prensa con periodistas, el comisario irlandés destacó que el buen comienzo en el reinicio de las conversaciones comerciales tras la serie de encuentros con el representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Lighthizer; el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, y varios legisladores tanto demócratas como republicanos en el Congreso. “Hay poderosas e influyentes voces a ambos lados del Atlántico que instan a un liderazgo político para volver a nivelar y reclamar la agenda comercial compartida en Estados Unidos y la UE”, apuntó.
Se trata de la primera visita de Hogan a Washington como comisario y se produce en plenas tensiones tras los fallos de finales del pasado año de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en contra de la UE en el prolongado conflicto Airbus-boeing, que autorizaban a Estados Unidos a aplicar represalias por un valor de hasta 7.500 millones de dólares. Trump ha criticado en reiteradas ocasiones a la UE por su “muy injusta” política comercial con Washington.
En este sentido, Hogan resaltó el voluminoso comercio entre ambas partes, por lo que consideró contraproducente entrar en una escalada de aranceles. No obstante, advirtió de que la UE está lista para tomar represalias:
“No actuaremos con timidez. Defenderemos con contundencia nuestros intereses”, dijo.
La OMC determinó recientemente que la UE no ha conseguido demostrar que haya retirado los subsidios por parte de cuatro de los países donde se fabrican partes del avión A380 (Francia, España, Alemania y el Reino Unido) o ayudas similares de los gobiernos alemán y británico al A350 XWB. Desde el 18 de octubre, el contencioso se ha traducido en aranceles estadounidenses por valor de 7.500 millones de dólares a bienes principalmente procedentes de los mencionados países europeos, incluyendo queso fresco, aceitunas y vino.