SETIÉN: ILUSIÓN CONTRA EL DESÁNIMO
El técnico está seguro de que en su debut el Barça plasmará una renovada ilusión
Todavía maravillado por la oportunidad de entrenar al Barça, Quique Setién descenderá hoy al terreno de la realidad en su debut contra el Granada en el Camp Nou. El entrenador cántabro quiere un equipo con una renovada ilusión, pero “no sobreexcitado”.
En la imagen, Setién ayer haciendo ejercicios de estiramiento al lado de Wague, Junior, Rakitic y Ansu Fati.
El Granada quedó para siempre vinculado a la historia del Barcelona por ser testigo del debut de Johan Cruyff como jugador. El 28 de octubre de 1973, después de mucho papeleo, el holandés se presentó en sociedad en la liga española e impresionó con dos goles en un triunfo por 4-0. Antes de su llegada, los blaugrana eran 14.º con tres derrotas en siete jornadas. Con el Flaco, el Barça no perdió hasta que se proclamó campeón tras 14 temporadas de sequía. 46 años después otra vez el Granada llega al Camp Nou en el estreno de un admirador de Cruyff en el banquillo. Esta noche se levanta el telón de la etapa de Quique Setién al frente del Barça, un relevo que ha esfumado del entorno el desencanto por el estancamiento del equipo con Valverde.
El técnico cántabro, de 61 años, no quiere despertar de ese sueño en el que está desde el lunes cuando dejó solas a las vacas pasiegas. Y para eso, lo mejor sería empezar bien ante el Granada, que en Los Cármenes ya derrotó a los blaugrana pero que nunca ha puntuado en el campo del Barça. “Me hace muchísima ilusión el debut y es curioso que sea contra el Granada”, confiesa.
Han pasado siete días y Setién sigue en una nube. Por las mañanas cuando se despierta se pellizca. “Hostia, voy a entrenar otra vez a esos grandes jugadores”, se dice para mentalizarse. Ayer incluso se permitió el lujo de participar en los rondos junto a sus jugadores, algo que también le gustaba hacer al Johan entrenador. Incluso Arturo Vidal intentó tirarle un caño. “Ya les he dicho que llevo seis meses sin tocar el balón y voy a ir a más”, bromeó. “Me gusta participar. Yo siento el fútbol desde dentro. Lo que de verdad me gusta es estar en el césped. La realidad es que me siento uno de ellos. Sé la edad que tengo pero esa energía la necesito”, relata.
Sus primeras sensaciones no pueden ser mejores. El nuevo entrenador del Barça lo ve todo de color de rosa. Es ese Disneyland que acuñó en su día Mascherano. “La semana ha ido francamente bien. Muchísimo mejor de lo que esperaba. Siempre hay incertidumbre y me ha sorprendido la actitud para trabajar y aceptar los cambios. Ha sido todo maravilloso”, resume.
Sólo hace falta verle conversar por el césped con un atento Leo Messi para comprobar que se siente con zapatos (o botas de tacos) nuevos. “Es cierto que he hablado con Leo, como casi con todos. Es un jugador especial, no lo podemos negar. Esto será lo habitual. Me gusta intercambiar opiniones, debatir y saber qué piensan. El feedback entre nosotros va a ser absoluto”.
En la sesión de ayer –la penúltima porque hoy acabará de perfilar la convocatoria, en la que no estarán Luis Suárez, recién operado, ni De
Jong, sancionado, y en la que pueden volver Ter Stegen, Arthur y Riqui Puig–, el técnico organizó un partidillo de 15 minutos. “Los onces no tenían nada que ver con el definitivo. Quiero que todo el mundo esté conectado. Hay algunos jugadores que se han ganado una jerarquía pero quiero que todos se la ganen”.
Aunque ahora falta lo más difícil: plasmar esas buenas intenciones y palabras en el campo. Que los espectadores aplaudan al final. Como se acogen las grandes premieres cinematográficas. “Espero que se vea a un Barça no sobreexcitado pero sí con un estímulo importante para hacer las cosas que hemos trabajado”, puso como deberes. Pero además, quiere que el buen juego no sea flor de un día, sino una seña de identidad. “La lucidez debe tener continuidad. Espero que no sea sólo un día, que lo que hagamos bien, se mantenga en el tiempo, que dure todo el partido, no sólo 60 minutos, y después todos los partidos”.
17 cámaras de televisión, 23 preguntas y media hora de rueda de prensa atestiguan la expectación que ha levantado el aterrizaje de un defensor radical del fútbol estético. Y el Whatsapp de su teléfono móvil echa humo. “Aún tengo 700 mensajes por contestar”. Preguntado por si hoy prefiere ganar jugando mal o perder jugando bien, Setién se pone serio. “Yo siempre prefiero ganar. A ver si se entiende porque ya tuve problemas en Sevilla. Si gano jugando mal no me iré contento a casa y jamás les diré a los futbolistas que con el resultado me vale. Para mí, si juegas bien tienes muchas más posibilidades de ganar. Así que procuraré que juguemos bien”, dice, convencido. Su sueño hoy se hará más real que nunca.
Espero que lo que hagamos bien se mantenga en el tiempo, que dure todo el partido y todos los partidos”
Yo siempre prefiero ganar; si juegas bien tienes muchas más posibilidades, así que procuraré que juguemos bien”