Una facción libia bloquea la salida de crudo ante la cumbre de paz de Berlín
La conferencia de paz de Libia arranca hoy en Berlín con el auspicio de la ONU de que se oficialice una tregua entre los dos bandos enfrentados, y de que otros países dejen de inmiscuirse con apoyo militar en esta guerra civil, que empezó en el 2014 y que se ha enconado en los últimos nueve meses. Con la bendición de la ONU, la diplomacia alemana ha logrado que confirmen su participación en esta cumbre los dos hombres fuertes libios: Fayez al Sarraj, primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) que respalda la ONU, con base en la capital, Trípoli; y el autotitulado mariscal Jalifa Haftar, jefe del Ejército Nacional Libio (LNA), que controla el este del país.
Otra cosa es que accedan a sentarse a la misma mesa, admitió el viernes el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert. El pasado lunes, ambos hombres se hallaban en Moscú, atraídos por las diplomacias rusa y turca. Pero no se vieron. “Ni siquiera quieren estar en la misma habitación”, aseguró el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.
Para dificultar más las cosas, tribus partidarias de Haftar anunciaron el viernes por la noche el cierre de los puertos petroleros bajo su control, informa Reuters. El bloqueo de las exportaciones de crudo podría tener graves consecuencias. Libia produce en torno a 1,3 millones de barriles al día, y buena parte de los intereses extranjeros en este desdichado país tienen que ver con su riqueza en reservas petrolíferas y de gas. Europa tiene además otras inquietudes, como el control de los flujos migratorios del Mediterráneo central, pues los migrantes africanos intentan embarcar hacia Italia desde las costas libias.
Participan en la cumbre de Berlín, entre otros países y organizaciones supranacionales: Egipto, Estados Unidos, Francia, Italia, Rusia, Turquía, la Unión Europea y la Liga Árabe. “Libia necesita que cesen todas las injerencias extranjeras; es uno de los objetivos de esta conferencia”, dijo a Afp el representante especial de la ONU para Libia, el libanés Gasan Salame.
Rusia respalda al mariscal Haftar y niega toda implicación militar en el escenario libio, pero el Gobierno de Trípoli y funcionarios estadounidenses aseguran que hay en el país mil mercenarios del grupo paramilitar ruso Wagner. Turquía apoya abiertamente a Al Sarraj, a quien envió armas el año pasado y ahora también combatientes, la mayoría sirios. Egipto respalda al mariscal Haftar, y en Berlín estará hoy su presidente, Abdelfatah al Sisi. En este contexto, la Liga Árabe reiteró en un comunicado su rechazo a “todas las formas de intervención militar exterior en el asunto libio”.