La Vanguardia

Casado afronta críticas internas por su tipo de oposición al nuevo Gobierno

Algunos sectores del PP ven “excesos” y “contradicc­iones” en el rechazo a Delgado

- CARMEN DEL RIEGO

Una semana parece muy larga en la vorágine política en la que está inmersa España. Más aún si la referencia es el Gobierno de Pedro Sánchez, que no hace ni una semana que tomó posesión. Sin embargo, una semana también se hace muy larga para una oposición cuyo líder, Pablo Casado, vio el lunes como sus barones aplaudían su discurso en el que fijaba las líneas de actuación del PP, pero que sólo cinco días después ha empezado a recibir críticas internas por los excesos en el relato, las contradicc­iones o la improvisac­ión en las medidas planteadas.

El lunes pasado, todo el PP sin excepción –desde el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, al de Murcia, Fernando López Mira, o los de Andalucía, Juan Manuel Moreno, y Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco– criticaron el nombramien­to de Dolores Delgado como fiscal general. De inmediato, se forjó un menaje unánime de rechazo que ha derivado en diversas declaracio­nes de los dirigentes nacionales del PP, pero con propuestas que, a juicio de algunos miembros de la dirección nacional, son perjudicia­les para el propio partido. Improvisac­iones de los arietes del equipo de Pablo Casado que dan una imagen poco seria del tipo de oposición que se pretende realizar, y que entra en contradicc­ión con lo que el propio Partido Popular hace en otros ámbitos.

Se ponen como ejemplos de esos excesos las declaracio­nes del mismo Casado, que el pasado jueves, cuando se iba a reunir el Consejo

General del Poder Judicial para informar el nombramien­to de Delgado, llamó a los miembros de esta institució­n para echar abajo el nombramien­to de la fiscal, en un intento de influir en ese órgano. Una maniobra que se contradice con el discurso que mantiene el PP de criticar al Gobierno por, justamente, “politizar la justicia”.

A ello se añade el planteamie­nto que el PP español defendió esta semana en el Parlamento Europeo, totalmente opuesto al que sostiene en España. Cuando la Eurocámara debatía una condena a Polonia por los ataques del Ejecutivo polaco a la independen­cia de la justicia en aquel país, el PP español, en clara contradicc­ión con su discurso en España, no apoyó esa condena y se desmarcó incluso de la posición del Grupo Popular Europeo, PPE.

Una postura de este tipo no se puede mantener, según las fuentes consultada­s, ya que la contradicc­ión anula la posición del PP en sus críticas a la politizaci­ón de la justicia por el Gobierno. Y también se cuestiona que se haga oposición a golpe de iniciativa sin pensar mucho en lo que se propone. Se critica, por ejemplo, que si se ha planteado una proposició­n de ley para que los fugados del procés no puedan presentars­e a las elecciones, con el objetivo de impedir que Carles Puigdemont sea candidato en las elecciones catalanas, se propongan, en paralelo, iniciativa­s para contrarres­tar el nombramien­to de Delgado. En este caso con otra proposició­n de ley para que no pueda ser fiscal quien haya tenido un cargo público en el Gobierno o en el Parlamento. Una iniciativa que no va a frenar la designació­n y que debería estudiarse mejor.

Las mismas fuentes lamentan la apariencia de una oposición a golpe de tuits, con descoordin­ación entre lo que dice el partido desde Génova, y lo que defiende el grupo Popular en el Congreso. Y se refieren muy especialme­nte a la falta de sintonía entre el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y la portavoz Cayetana Álvarez de Toledo. Así,

Los críticos creen que el discurso choca con la postura mantenida en el Parlamento Europeo sobre Polonia

mientras el número dos del PP deja abierta la posibilida­d de negociar con el PSOE y afirma que los populares siempre acudirán a la llamada del Gobierno, la portavoz en el Congreso niega cualquier posibilida­d de negociació­n para no ser cómplice del Ejecutivo.

Ha ocurrido lo mismo con el apoyo al veto parental, que no es una propuesta del PP, sino de Vox, pero que los populares se vieron obligados a asumir para firmar los acuerdos en Murcia y Andalucía. Esta iniciativa resulta excesiva para varios dirigentes del PP, que creen que se podría haber defendido lo que ya se aplica en Madrid, y que plantea la libre elección de centro tras haber podido conocer, antes de que se inicien las clases, todas las conferenci­as y talleres extracurri­culares que van a impartirse durante el curso.

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EDUARDO PARRA / EP Casado ha pasado en una semana de la aclamación interna a suscitar las primeras críticas

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