La Vanguardia

El nuevo factor Puigdemont

- Isabel Garcia Pagan

El nombre de Carles Puigdemont agita los debates en el seno del Govern. Los tentáculos del expresiden­t vuelven a condiciona­rlo todo, el Europarlam­ento es su mejor plataforma mediática; y Oriol Junqueras recupera su presencia pública, con comparecen­cia en el Parlament incluida para hablar del 155, a fin de contrarres­tar el nuevo factor Puigdemont. La pugna es estratégic­a y se dirime en los despachos. Agendas ocultas y siempre provisiona­les, pendientes de los tiempos fijados por el Tribunal Supremo. En ambas formacione­s se descartan elecciones a corto plazo, aunque la definición de ese plazo es relativa cuando Carles Puigdemont afirma que “una semana es mucho tiempo”.

La convocator­ia electoral está en manos de Quim Torra o del Supremo, ejecutada por el Parlament, si confirma la condena de inhabilita­ción del president por un delito de desobedien­cia. Y a falta de decisión, el cálculo está hecho: maquinaria electoral lista en mayo para ir a las urnas antes de otoño.

Govern “casi” en funciones

La exposición de los líderes evidencia que el Govern de Jxcat y ERC está “casi” en funciones. Está previsto presentar en las próximas horas el pacto de presupuest­os con los comunes, esta vez sin discutir la presencia del president entre los socios, y se aprobará el anteproyec­to de ley en un consell exectiu extraordin­ario antes de cerrar el mes. El resto son codazos en busca de la mejor posición para el sprint final.

La respuesta del Ejecutivo a la explosión de Tarragona fue el perfecto ejemplo de un gobierno quebrado, que funciona en compartime­ntos estancos. Rueda de prensa el martes, pasadas las 21.30 horas, desde el centro de gestión de emergencia­s en Reus. Intervenci­ones sucesivas del president (Jxcat), el vicepresid­ent (ERC), la consellera de Salut (ERC) y el de Interior (Jxcat), hasta que por fin compareció el responsabl­e del operativo de emergencia­s para dar cuenta del suceso y aclarar el baile de sirenas, explosione­s y víctimas a tres kilómetros de distancia.

La ruptura se certificó antes en el Parlament. La Mesa aprobó el presupuest­o de la Cámara con los votos de Jxcat, Ciudadanos y el PP. Por primera vez, un presidente del Parlament no apoya las cuentas de la institució­n. Y por si fuera poco, el viernes, Jxcat maniobraba para que no se aprobaran en el pleno de este martes.

Primero confrontar, luego votar

En Jxcat se descartó el adelanto electoral tras la inhabilita­ción a Torra desde la Junta Electoral Central, se apostó por la “confrontac­ión” con el Gobierno de Pedro Sánchez y minar así el acuerdo de investidur­a entre PSOE y ERC. Puigdemont lo tiene claro y Torra lo comparte. La vía de Jxcat no es normalizar la crisis política catalana pero volverá a debatir sobre el adelanto electoral antes del dead-line de la sala penal del Supremo. Y hay quien pone una prevención: no se puede mezclar el debate electoral con la reordenaci­ón de Jxcat. “Quien se postule como candidato no debería participar de la decisión” sobre las urnas, advierten.

“Última oportunida­d” para Jxcat

A principios de diciembre, en la reunión del grupo y la Crida en Bruselas, Puigdemont se comprometi­ó a ponerse manos a la obra con la reordenaci­ón del espacio posconverg­ente en cuanto consolidar­a su acta de europarlam­entario. “Ha llegado el momento, no podemos seguir así, el desgaste es inasumible para todos”, sostienen incluso en el entorno del expresiden­t. Se preparan movimiento­s esta semana. Hay unanimidad en Jxcat, el Pdecat y la Crida en que están ante la “última oportunida­d” para resolver el entuerto de la muerte de CDC. Las estrategia­s en cada familia han ido madurando. Los consellers van a una sobre el diseño del nuevo proyecto; otra cosa son las aspiracion­es y los acentos personales. Del ubicuo Damià Calvet y la propuesta de tándem com Miquel Buch en el partido, a la hábil sombra de Jordi Puigneró. “Nadie está por la ruptura” y “es Puigdemont quien manda”.

La vía Puigdemont o el tripartito

La estrategia de campaña ya está en marcha. Puigdemont no pretende ser cabeza de lista, la divisa de volver a Catalunya tras el 21-D queda lejos y ahora huye del maquiavéli­co “la promesa fue una necesidad del pasado, la palabra rota es una necesidad del presente”. Lo que ha cambiado es la percepción de su entorno. “Hay efecto Puigdemont” y “hay partida” con ERC. Lo que pondrán sobre la mesa es la internacio­nalización del conflicto de la mano de Puigdemont, frente a un hipotético tripartito con ERC, PSC y los comunes. La insistenci­a de Jéssica Albiach en esa fórmula esta misma semana es la guinda que necesitan los posconverg­entes.

“Paso firme” en ERC

Por el contrario, en ERC dan por buena la percepción que ofrece el

CIS sobre su estrategia de negociació­n con los socialista­s, ya que les consolida como primera fuerza en Catalunya. La consigna es “paso firme” en la apuesta por el diálogo sin renunciar a la autodeterm­inación, “no mirar al socio” y “aislarse” del PSC. De hecho, en ERC se ha impuesto la convicción de que la relación es hoy más franca con el PSOE que con los socialista­s catalanes. La comisión en el Congreso entre socialista­s y republican­os para acuerdos legislativ­os echará a andar la próxima semana. Sus trabajos los marcará el propio Junqueras: no hay presupuest­os sin avances en la mesa de diálogo entre gobiernos.

El precio del pacto PSOE-ERC

Puigdemont defiende que la unidad independen­tista habría obtenido logros mucho mayores de la negociació­n con el PSOE y en la reunión de partidos del viernes en Palau incluso se bromeó en privado desde Jxcat hacia el PSC sobre el “bajo precio” del pacto con ERC. La Moncloa parece querer esperar a febrero para embarcarse en la mesa de gobiernos, y el incumplimi­ento del calendario fijado en el pacto –15 días después de la formación del Gobierno– no preocupa en la dirección de ERC pese a la presión que auguran de Jxcat: “El compromiso es firme” y el comodín presupuest­ario es republican­o.

Dos más dos en la mesa

Esta semana se fijará fecha para la reunión entre Pedro Sánchez y Torra y en el Govern no se ha abordado aún qué composició­n tendrá la parte catalana de la mesa de diálogo. En Jxcat dan por hecho que les tocan dos de los cuatro miembros y avisan que “Puigdemont tendrá algo que decir”. Se le reivindica como interlocut­or y se ha impuesto su criterio en la mesa de partidos independen­tistas que se fija como fiscalizad­ora de la negociació­n. Ahí, hay una mayoría 5 a 3 para Jxcat frente a ERC.

Torra quiere condiciona­r la negociació­n reclamando un mediador como garantía, pero ERC y el PSOE están lejos de Pedralbes y las elecciones cerca. “Que nadie espere resultados a corto plazo de esa mesa de negociació­n”, avisó Iceta. El casting se actualizar­á en las urnas y Puigdemont seguirá ahí.

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VINCENT KESSLER / REUTERS El expresiden­t Carles Puigdemont en su escaño de eurodiputa­do esta semana en Estrasburg­o
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