La Vanguardia

Misterioso ataque a La Rotonde

Un incendio provocado daña la célebre cafetería de París, ligada a la intelectua­lidad y a Macron

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

París sufre mala racha con los incendios. Nueve meses después de que ardiera la catedral de Notre Dame, otro símbolo –aunque de mucha menor relevancia– de la capital francesa se quemó parcialmen­te en la madrugada de ayer, la cafetería La Rotonde, mítico templo de escritores y artistas, en Montparnas­se.

En una acción presuntame­nte intenciona­da, se declaró un incendio en la célebre brasserie alas5dela mañana. Si bien el fuego sólo destruyó unos diez metros cuadrados de la terraza cubierta del local y no causó víctimas, los daños en las instalacio­nes lo mantendrán cerrado durante días. La cafetería cuenta con más de 40 empleados.

La policía y los bomberos reaccionar­on al sonar la alarma antirrobo. Alguien había irrumpido violentame­nte, rompiendo un cristal, y, al parecer, había lanzado líquido inflamable. Se percibía olor a gasolina. La Fiscalía de París investiga el caso, cuyo móvil es un misterio, aunque prevalece la pista criminal. Podría tratarse de un simple acto de vandalismo o tener otro tipo de intenciona­lidad, incluso política.

La Rotonde, en el bulevar Montparnas­se, abierto en 1903, es uno de los cafés parisinos en los que se reunía la intelectua­lidad durante los años veinte y treinta del siglo pasado, entre las dos guerras mundiales. Lo frecuentar­on Picasso, Modigliani, Cocteau y Salmon, entre otros. Otras brasseries del mismo estilo eran Le Dôme y La Coupole. En 1959 La Rotonde perdió espacio al construirs­e un cine.

La Rotonde se ha visto asociada, durante los últimos años, a Emmanuel Macron. El actual jefe de Estado

se reunía allí con sus colaborado­res cuando era ministro de Economía del socialista François Hollande. Luego lo hizo también al preparar su movimiento político, La República en Marcha (LREM). Macron escogió La Rotonde para celebrar su victoria en la primera vuelta de las presidenci­ales del 2017. De ese modo se diferencia­ba de Nicolas Sarkozy, que había festejado su triunfo en Fouquet’s, en los Campos Elíseos. La Rotonde daba un marchamo intelectua­l, frente al aura más burguesa de Fouquet’s.

Algunos medios especulaba­n ayer con que el incendio en La Rotonde podría ser un ataque indirecto a Macron, al estar asociada al inquilino del Elíseo. Se produjo horas después de que un grupo de manifestan­tes irrumpiera­n en el teatro de París donde Macron y su esposa Brigitte se hallaban entre los espectador­es. La pareja hubo de ser evacuada unos minutos por la policía.

Existe el precedente de Fouquet’s, incendiada en marzo del año pasado durante una de las protestas de los chalecos amarillos. Tardó meses en reabrir. La atacaron por considerar­la un emblema del poder y de la Francia opulenta.

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AURORE MESENGE / AFP Estado en el que quedó La Rotonde tras el incendio

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