David Castillo
Escritor
El novelista y periodista David Castillo relata las vicisitudes de los soldados que se exiliaron en 1939 y, desde Argelers, fueron saltando de guerra en guerra hasta la derrota de Indochina, en El tango de Bien Dien Phu, premio Joanot Martorell.
El exilio republicano sufrió y sufrió en los campos de refugiados franceses. En el de la playa de Argelers, el abuelo de David Castillo (Barcelona, 1961), harto de las calamidades que vivió allí, regresó a pie a Barcelona: “Para morir aquí, que me mate Franco”, recordaba el escritor en la presentación de la novela, El tango de Dien Bien Phu (Edicions 62), 41.º premio Joanot Martorell de narrativa, Ciutat de Gandia.
En el 2002, en la presentación de su premio Sant Jordi, No miris enrere, con Juan Marsé y Manuel Vázquez Montalbán, el músico Ramon Muns cantó el tango de Gardel Esta noche me emborracho, pero con la letra de la adaptación que se hizo en el campo de Argelers: “Somos los tristes refugiados a este campo llegados después de mucho andar. Hemos cruzado la frontera, a pie y por carretera, con nuestro ajuar: mantas, macutos y maletas, dos latas de conservas y algo de humor, es lo que hemos podido salvar después de tanto luchar contra el fascio invasor”.
Al cabo de unos años, aquella semilla llevó a Castillo a empezar a investigar sobre aquel tango, que escribieron “un refugiado del PSUC y uno de la CNT”, con el título Los refugiados del 39. El autor ha tardado diez años en construir una historia que abarca desde el campo de Argelers hasta la derrota de Dien Bien Phu, cuando la Francia colonial perdió Indochina. El nexo es esta canción y los desdichados exiliados que fueron saltando de guerra en guerra: el Alamein, Normandía, Estrasburgo,
la liberación de París, hasta Dien Bien Phu, en Vietnam, “donde está documentado que había 200 españoles”, explica al autor.
Como prueba de que se ha documentado profusamente, muestra uno de los quince volúmenes de fotocopias que reunió visitando los archivos de Alcalá de Henares, Salamanca,
Amsterdam y algunos franceses, y entrevistándose con testigos presenciales e indirectos de todas aquellas peripecias vitales. Pero la documentación no oculta la novela, un buen trabajo de destilación literaria de Castillo. El libro da voz a los derrotados de la guerra, a los de la columna Durruti, por ejemplo, o a su abuelo, que aparece en una fotografía de Agustí Centelles en el campo de Argelers, imagen que ilustra la cubierta del libro.
El autor confiesa: “He escrito este libro porque tenía ganas de estar con mi abuelo y preguntarle cosas”. Para la ocasión, como es “un poco supersticioso”, ha recuperado al
Ramon Boixeda publica ‘Les beceroles successives’, premio Ausiàs Marc de poesía, Ciutat de Gandia
personaje de Dani Cajal, que ya había aparecido en dos novelas anteriores y es quien sigue el rastro del tango. Edhasa publicará la versión en castellano.
En el campo poético, Ramon Boixeda presentó Les beceroles successives (Edicions 62), 57.º premio Ausiàs Marc de poesía, Ciutat de Gandia. “He ido rascando en mis rincones anímicos y en los rincones del mundo”, explicó el poeta sobre su nuevo libro. Gandia se enorgullece de ser “la cuna de las letras valencianas”, como recordó la alcaldesa, por los vínculos con Marc, Martorell y Roís de Corella, que da nombre al premio que se creó hace dos años a la trayectoria literaria.