La Vanguardia

Barricadas en el Barri Vell

El desembalse del pantano de Susqueda sobrealime­nta el río Ter, que ayer tomó las calles de los barrios de Pedret, Pont Major y Sant Ponç

- Rosa M. Bosch Girona VEA LOS VIDEOS DE LAS INUNDACION­ES EN GIRONA https://bit.ly/2tt3pnj

“¿Carme, cariño, te pongo una col?”, pregunta Joaquim Caselles a una clienta habitual, Carme Mas, que ayer hacía la compra en el mercado de Girona. “Sí, ponme media, gracias. ¡Qué ganas tenía de volver a salir a la calle, llevaba desde el domingo encerrada en casa. Sólo puedo dar algunos pasos con muletas, por eso voy en esta escúter”, precisa Carme, de 84 años. El sol animó ayer a Carme a pasear por el Barri Vell, donde el Onyar bajaba cargado pero no se había desbordado. Cerca, en el barrio de Pedret, el Ter sí daba un susto a los vecinos; las aguas rebasaban el cauce del río, invadían poco a poco la calzada y penetraban en los bajos de las casas.

“Suban a los primeros pisos, por favor”, insistía a través de un altavoz una policía local. Algunas personas atendían la orden y desde sus ventanas contemplab­an cómo los caudales del Ter avanzaban por la calle Pedret; otros se afanaban en proteger el acceso a sus viviendas levantando una suerte de muros con leña, ladrillos, sacos...

Joan presenciab­a consternad­o, desde detrás del cordón de seguridad, cómo el agua ya había alcanzado su casa. “La gente mayor, los que llevan todo su vida en el barrio, dicen que no han visto nada igual. Esta es la inundación más grave desde 1940, cuando todavía no se habían construido los pantanos de Sau y Susqueda”, comenta Joan.

El temporal del 18 de octubre de 1940 provocó la salida de madre del Ter, el Fluvià y el Onyar, entre otros ríos de las comarcas de Girona, causando una decena de muertos. Afortunada­mente, la capital no ha lamentado en esta ocasión ninguna víctima mortal.

Los pantanos de Susqueda y Sau llegaron al máximo de su capacidad obligando a desembalsa­r los caudales, lo que provocó la importante crecida del Ter, que confluye con el Onyar en Girona. Vecinos y algún que otro turista no cesaban de inmortaliz­ar el momento con su móviles. Familias enteras protagoniz­aban algo parecido a excursione­s urbanas con paradas en los enclaves donde el Ter se había desbordado, el citado barrio de casitas bajas de Pedret y el de Pont Major, así como la zona de Sant Ponç. El personal de la Llar Oxalis, en la calle Manuel de Pedrolo, y los bomberos desalojaro­n a una treintena de personas con discapacid­ad que residen en este centro. A pocos metros, el agua desbordada del Ter bloqueaba las instalacio­nes del Grupo Excursioni­sta y Deportivo Gerundense y penetraba en la planta -3 del hospital Josep Trueta. El centro sanitario decidió suspender el servicio de radioterap­ia desprogram­ando la visita de 93 pacientes.

Las inundacion­es se repitieron en el auditorio y en el pabellón de Fontajau.

Los habitantes de los enclaves

más afectados se habían tomado un cierto respiro a primera hora de la mañana, después de que Protecció Civil levantara la restricció­n de permanecer en las plantas superiores de las viviendas, en los municipios del Baix Ter con zonas inundables. Unas horas después, debido al desembalse del pantano de Susqueda, que propició un caudal superior a los 1.300 metros cúbicos por segundo en el Ter, se volvió a pedir que los habitantes de las poblacione­s afectadas no permanecie­ran en los bajos de sus casas.

“No hace ni una hora, hacia las 10, me podía sentar en el banco que toca al Ter, y ahora el agua ya invade por completo la calle”, comentaba Mirna, de 18 años, que ayudaba a sus padres a colocar madera en la entrada de su casa a modo de barricada. Los blindajes con leña, sacos de arena y ladrillos se repiten en otros escenarios: en el Pont Major, donde el Ter se ha

El Josep Trueta suspendió el servicio de radioterap­ia desprogram­ando la visita de 93 pacientes

apoderado por completo de una gasolinera, y en las calles del Barri Vell que tocan con el Onyar.

“Si hay inundacion­es empezarán por los Quatre Cantons, en la confluenci­a de las calles de las Ballesteri­es, Cort Reial y Bonaventur­a Carreras, que es el punto más bajo de Girona”, explica Joan Massagué, quien ayer decidió abrir su tienda de camisetas, en el Barri Vell. Otros comercios cerraron por precaución, temiendo que los caudales soltados río arriba, en el Susqueda, les dieran en algún momento del día un susto.

 ?? PERE DURAN / NORD MEDIA ?? La crecida del Ter, a su paso por Verges, obligó a cortar la carretera C-252
PERE DURAN / NORD MEDIA La crecida del Ter, a su paso por Verges, obligó a cortar la carretera C-252
 ?? DAVID BORRAT / EFE ?? Un vecino achicando agua , ayer por la tarde, en sus bajos del barrio de Pont Major, en Girona
DAVID BORRAT / EFE Un vecino achicando agua , ayer por la tarde, en sus bajos del barrio de Pont Major, en Girona
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain