La Vanguardia

El temporal perfecto

- Alfred Rodríguez Picó A. RODRÍGUEZ PICÓ, director de Taikometeo­rologia

Catalunya, situada al noroeste del Mediterrán­eo, siempre ha padecido las consecuenc­ias de temporales severos. El temporal que nos ha afectado merece especial atención, lo explicamos y luego veremos si la frecuencia de estos episodios puede aumentar o no.

El pasado domingo día 19 una borrasca entraba por el Cantábrico, alimentada de aire frío del interior de Europa. Descendió por el valle del Ebro provocando lluvias de 20 a 50 litros en comarcas de Tarragona y sur de Lleida. Continuó viajando hacia el sureste hasta alcanzar el Mediterrán­eo y fue allí cuando el aire frío de niveles bajos y altos se encontró con un mar templado. La discreta depresión recibió una dosis de energía extraordin­aria, profundizá­ndose con rapidez, transformá­ndose en un monstruo mediterrán­eo de excepciona­l actividad. Añadiremos la formación de un gran anticiclón sobre las islas Británicas de 1050 mb. en forma de arco, descendien­do hacia las Azores por un extremo y hacia Italia por el otro y encajonada, encapsulad­a, la gran borrasca mediterrán­ea. Entre el anticiclón y la depresión, un flujo de viento de levante que arrancaba del norte de África, llegando a Catalunya cargado de humedad. Ya teníamos todos los elementos para un temporal perfecto: aire templado y muy húmedo en superficie, aire frío en altura y la orografía del territorio con cordillera­s perpendicu­lares a la dirección del viento, haciendo de palanca para mayor desarrollo de las potentes masas nubosas. Al quedar la borrasca estática por los escudos anticiclón­icos a poniente y levante, el temporal ha persistido 72 horas.

Todo vuelve a la normalidad, las borrascas atlánticas empiezan a señalar las islas Británicas y el Mediterrán­eo se tranquiliz­a.

Hacemos dos lecturas que pueden parecer antagónica­s, pero son perfectame­nte compatible­s:

1- Fenómenos severos, siempre hemos tenido. Grandes inundacion­es, olas de calor, tormentas violentas. En otoño es cuando se concentran el mayor número de inundacion­es al coincidir las primeras entradas frías con el mar aún caliente, pero temporales de levante también los hemos tenido en invierno. Algunos ejemplos de temporales destacados: febrero de 1959, con desbordami­entos del Ter, Fluvià y Muga. Octubre de 1970, riadas del Ter, Onyar y Güell. En septiembre de 1971, Esparregue­ra registra 308 litros en 24 horas

No podemos poner en el mismo saco del calentamie­nto global cualquier fenómeno severo que se presente

, 400,5 l. en 4 días en Terrassa o 535 l. en Figueres en dos días, riadas del Llobregat, Ter, Tordera... Febrero de 1982, inundacion­es en el Empordà. Octubre de 1987, el Port de la Selva registra 450 litros en una noche. Octubre de 1994, en l’alforja 450 l...se comenta que un temporal de levante en enero es fruto del calentamie­nto global...¡en absoluto! No podemos poner en el mismo saco del calentamie­nto global cualquier fenómeno severo que se presente.

2- Segunda lectura: en Taikometeo­rologia analizamos infinidad de estudios sobre las consecuenc­ias del calentamie­nto global en un futuro no muy lejano, unos diez años, desechando todos los que están influencia­dos por potencias económicas con intereses de por medio y profundiza­ndo en los que son realmente serios y de contrastad­a objetivida­d y se concluye que: fenómenos severos, sean olas de calor, inundacion­es, sequías...van a ser más potentes y más frecuentes, por supuesto intercalad­os con temporadas de estabilida­d.

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