Los daños colaterales del turismo
Carles Torres novela la otra cara de Eivissa en ‘Els cossos elèctrics’, premio Just M. Casero de novela corta
El pasado martes, el escritor Carles Torres (Eivissa, 1974) conseguió llegar a Barcelona desde Formentera, donde vive, a pesar de la borrasca Gloria, para presentar su novela corta Els cossos elèctrics (Empúries). Al librero gerundense Guillem Terribas, en cambio, las líneas cortadas del tren por culpa de las lluvias no le permitieron llegar a la presentación de la librería La Impossible. En un día imposible, los periodistas hablamos con el autor y el editor, Jordi Rourera, del libro ganador de la última edición del 39.º premio Just M. Casero (que lleva el nombre del político y escritor figuerense, de origen inmigrante, fallecido en 1981).
El editor considera que en esta ocasión el premio Casero ha reconocido una obra “particularmente atrevida”, que parte de tres personajes que son los tres narradores de las tres partes en que se estructura el libro. Además, tiene la particularidad que la historia se narra en sentido contrario: empieza un jueves y va retrocediendo hasta el lunes anterior. “Hay un trasfondo turbio, con un sol opresivo que calienta y aplasta al mismo tiempo”, afirma. Jordi, Nataliya y Josep pasan un día juntos y a partir de aquí se monta la historia.
Ellos dos son de la isla, y ella “quizá es eslava”, apunta Torres sin dar más detalles. Al escritor, que después de haber publicado poesía y relatos ahora se estrena en la novela corta, se le hace difícil explicar aspectos del libro sin estropear el argumento. Poco a poco, sin embargo, a fuerza de preguntas, los periodistas conseguimos tirar del hilo y el autor revela algunos detalles.
Confiesa que lo de narrar la historia hacia atrás “es un juego perverso con el lector, y que cuando lee lo que pasará, ya ha pasado”. La historia va de fuera adentro y detalla que, cuando se la planteó, lo hizo “primero como lector”. Quería hablar “de una Eivissa que no fuera de catálogo, llena de turistas; quería descubrir una Eivissa actual, con una huella brutal del turismo; una huella que es visible en la costa, pero también en la sociedad”.
Puede parecer que es un planteamiento para redimir la isla de los clichés que la definen, pero Torres confiesa que el resultado tampoco es “una visión isleña de paz y tranquilidad”. Entonces intenta definir el espíritu de la novela en una frase: “Bajo una superficie de calma y verano, se esconde el mal”. Sin embargo, declara que a estas alturas no sabe cuál es la Eivissa auténtica: “Quería hablar de Eivissa en ficción; pero es verdad que la imagen que doy no la redime. No es una historia amable”.
El editor apunta algunos temas: turismo, prostitución, crímenes... Y Torres resumen: “Hablo de las relaciones de los tres con la isla. La estructura al revés la he montado así para invitar al lector a imaginar. En definitiva, la novela va de los daños colaterales del turismo en las personas, que son daños éticos y morales”, concluye.