El Haynes más ‘mainstream’
Aguas oscuras
Dirección: Todd Haynes Intérpretes: Mark Ruffalo, Anne Hathaway, Tim Robbins, Bill Camp Producción: EE.UU., 2019. 126 min. Drama.
La historia es verídica y la protagoniza Robert Bilott, un astuto abogado miembro de un prestigioso gabinete acostumbrado a tratar con grandes empresas y corporaciones, entre ellas la compañía Dupont, puntera en industria química. En 1998, un humilde y desesperado granjero de Parkersburg, Virginia Occidental, acudió a Bilott para emprender una lucha legal, que se eternizaría, precisamente contra Dupont, cuyos residuos tóxicos vertidos en el río causaron la muerte de casi todas sus vacas y también enfermedades en los habitantes de la zona (el elevado índice de diversos tipos de cáncer dispararía las alarmas sanitarias) y serias deformaciones en los fetos: un bebé nacido con un único orificio nasal, por ejemplo.
Está claro que estamos ante la enésima expresión de David peleando (o pleiteando) contra Goliat, y ante un género cinematográfico ya sobreexplotado: Aguas oscuras se sitúa en el mismo radio de acción de Silkwood, Erin Brockovich y Acción civil, entre otros muchos filmes y telefilmes. Es una película de caligrafía muy pulcra, seria, honesta y civilizada, magníficamente interpretada y de las que ponen los pelos de punta al mostrar una vez más, sin necesidad de poner énfasis en la imagen o el diálogo, cómo el poder destroza vidas sin piedad y a conciencia. El rigor expositivo, sin embargo, deriva en un cierto cansancio del espectador en su tramo final, harto de tanto despacho, tanta información, tanto trámite legal… Es la película más mainstream y convencional en planteo y desarrollo de Todd Haynes, cineasta ecléctico a quien preferimos ver en tareas más creativas y excitantes, como sus lecturas de la música glam (Velvet Goldmine) o de la figura de Bob Dylan (I’m not there )osu evocación del melodrama manierista (Lejos del cielo, Carol o la miniserie Mildred Pierce), por no hablar de obras tan inclasificables como Poison, Safe o Wondestruck. Confiemos en que su libertad creativa retorne en sus próximos proyectos, nuevamente musicales: uno sobre Lou Reed, otro sobre Peggy Lee.